sábado, mayo 15, 2010

A mí no me manda Lagos... por Matías Carrozzi.


A mí no me manda Lagos...

por Matías Carrozzi.


Hoy, por lo menos para mi, es una incógnita cómo el militantes PPD intentará digerir los mensajes que emanan desde su tienda: con resignación, esperanza, vergüenza, indiferencia... no tengo idea, pero lo cierto es que por primera vez en su historia surge la posibilidad de instalar un contrapeso al lote de amigos que ha dirigido el partido los diez últimos años.


Ese lote de amigos, que algunos con poco fundamento y mucho cariño insisten en llamar girardismo, enfrenta con evidente temor el surgimiento de una nueva generación de políticos liderados por Carolina Tohá, Ricardo Lagos Weber, Felipe Harboe, entre otros, que ven con preocupación como su partido se ha transformado en una parcela de agrado, con limitadas membresías para utilizar la piscina y el sauna.


Si hasta para mí, un insignificante conservador, me llama la atención la porfía y libertad con que el lote de amigos, el mismo que dividió a la Concertación para las elecciones municipales del 2008, que metió con fórceps a Eduardo Frei (primarias incluidas), que ni bien firmó como candidato oficial del conglomerado dejó sólo al tiempo que iniciaba las negociaciones con el sector que lidera Marco Enríquez-Ominami (tratos que se siguen realizando), ese grupo, ahora, nuevamente las emprende contra si mismo y planifica cómo evitar que otros conduzcan al partido. Es enfermizo este asunto, porque a esta bipolar actitud del lote, hay que sumar el dato caníbal, aquel que confirma que la idea de este grupo es afectar precisamente a aquellos que, si bien a contra pelo en un principio pero con disciplina y lealtad al final, apoyaron a Eduardo Frei y que pese a la derrota de enero, fueron los menos dañados ante la opinión pública.


Intenté hablar con el médico veterinario (Pepe Auth) sobre esta historia. Lo llamé, le envié correo electrónico... nada. No hubo respuesta. Incluso le dije al otro médico, el de humanos (Guido Girardi), que quería contactarlo. Tampoco hubo respuesta. ¿Cómo explicar entonces el canibalismo del lote?. ¿Qué es lo que defienden con tanto celo si ya no están en el Gobierno y su influencia real es insignificante?.


Cosa muy distinta fue cuando llamé a la Carolina. Llegué al Tavelli del Drugstore a las 11:50 horas, ella a las 11:58. ¿Quieres algo?... una bebida.


Está enojada porque el ratón de su celular anda para el gato. Es miércoles y está de cumpleaños. No dije nada al respecto, de roto nada más y es que quería entrar de inmediato al tema. A ver si tenía suerte y derribaba algunos mitos que pululan por ahí.


¿Es Guido Girardi el Vito Corleone del PPD?.


- (Se ríe) Lo que ocurre es que Guido se mueve mucho. Va para allá, para acá, busca gente, se involucra en muchos asuntos. Pero cuándo algo lo incomoda, te lo hace saber.


¿Existe el girardismo?.


- No como una tendencia. Por ejemplo, en el PS hay distintas corrientes. Las grandes alamedas, el tercerismo, los renovados. En la DC puedes distinguir entre chacones, guatones, colorines. Eso no existe en el PPD.


Te lo pregunto porque ellos están empecinados en colgarte el cartel de laguista. Como si eso fuera una enfermedad, un pecado insoportable.


- (Vuelve a reír). A ver, a mi no me manda Lagos. Lo que pasa es que yo fui fundadora del PPD junto a Ricardo Lagos y muchos otros. Muchos de ellos han manifestado que apoyan esta candidatura y eso les molesta. Me llama la atención que quieran manchar con descalificaciones la campaña. La política es algo mucho más grande que eso. Nosotros estamos por sumar, sentarnos a la mesa a debatir ideas, como ya lo hemos hecho en el pasado.


¿Ejemplo?.


- Cuando se sentaban a la mesa Clodomiro Almeyda y Patricio Aylwin se llegaba a acuerdos, el país veía con claridad a esos líderes, que pese a las diferencias, éramos capaces de llegar a consensos positivos, con futuro. Hoy nos sentamos a la mesa y no pasa nada. Eso tiene que cambiar. No sólo por el bien del PPD, de la Concertación, sino por el bien del país.


¿Quiénes sería los símiles de Almeyda y Aylwin hoy?.


- No hay símiles. Por eso aceptamos este desafío. Lamentablemente algunos líderes están más preocupados de defender sus intereses particulares que de buscar lo mejor para el colectivo.


Dicen que el lote tiene toda una maquinaria armada que evitará que ganes. ¿No se supone que la influencia de Girardi se debilitó al perder el Gobierno?.


- Si, hay algo de eso, pero asimismo, hay muchos militantes y dirigentes que aún habiendo firmado cartas de apoyo a Pepe, hoy están por darle un giro a las cosas. Están con nosotros porque entienden que si queremos volver a ganar, debemos democratizar nuestros procedimientos. Velar por la transparencia.


¿Te sientes la Playboy del PPD?. Es decir, ¿aquella que muchos compran, pero pocos se atreven a confesarlo?.


- (Más risas). Es una forma de verlo. Pero si. Hay mucha gente que nos ha manifestado su apoyo sin hacerlo público.


La conversa está entretenida. A esa altura ya nos han interrumpido 12 personas. Todas para saludarla. Sabía que debía eximirla, pero no podía terminar el cafecito sin saber si compartía aquello de que su candidatura es más testimonial que competitiva.


- Estás loco. Tenemos la fuerza, las ideas y el apoyo para conducir esta nueva etapa. No te confundas. Están muy preocupados y Pepe se presenta sólo porque no quieren que lideremos los cambios. Entre nosotros no hay grandes diferencias ideológicas, las diferencias se notan en lo práctico, en que ellos dicen ser progresistas cuando lo único que quieren es dejar las cosas como están.


Arriesgada la movida de Tohá, porque Girardi y sus boys tienen un plan B. Si les va mal, ya tienen encaminado el asunto para desembarcar con camas y petacas en el partido de Enríquez-Ominami. No le pregunté, pero me quedé con la sensación de que sin importar que ocurra, la Carolina Tohá igual planea conducir los cambios.


En fin, si bien no comulgo con las ideas progresistas, no puedo negar que me encantaría ver a la oposición de pie nuevamente. El vacío que han dejado después de la elección de enero es, a mi juicio, más peligrosa. La democracia, como el fútbol, no se construye con un solo equipo.


Mismo dilema viven las demás tiendas de la Concertación. Ricardo Lagos Weber recuerda la silbatina del estadio nacional. Otros se resisten a la renovación a punta de adjetivos. ¿Sustantivos?, uffff, escasos. Y es que hay tan pocos argumentos de peso dando vueltas en el aire, que no se entiende la sorpresa de muchos al ver que en el Congreso se agarran a garabatos. Si para muchos no les queda otra pues. Deberían estar agradecidos de que pese a todo, aún hay personas con capacidad de compromiso.


Ya veremos cuántos militantes del PPD estarán dispuestos ( y en condiciones) de ir a votar después del partido que Chile disputará en Sudáfrica el día anterior. Lindo desafío, mientras... oiga, que rico es tomar café.


jueves, mayo 13, 2010

Piñera y la UDI, ¿se entenderán?, por Gonzalo Rojas Sánchez.

Piñera y la UDI, ¿se entenderán?,

por Gonzalo Rojas Sánchez.

Es seguro que el Presidente Piñera tiene un diseño político para RN. Por cierto, eso es legítimo y conveniente: es su partido, es su gente (aunque él ya no milite), y el Presidente es, ciertamente, su principal líder.

Pero es muy probable que tenga además —delicadamente reservado, por ahora— un proyecto referido a la UDI. También tiene Piñera todo el derecho a pensar en el futuro de su segundo partido de gobierno, para plantearle tareas y desafíos (y quizás también alguna enmienda) en su actuación.

Pero la tarea con la UDI es mucho más complicada para el Presidente, porque ¿sabe el partido más grande de Chile exactamente qué desea de sí mismo en su relación con el Gobierno?

No, no lo sabe. Si ya desde los primeros nombramientos y hasta la discusión sobre el plan de reconstrucción se habían dado señales de visiones diferentes en su seno, el retorno de Longueira en la última semana ha marcado aún más la diversidad de planteamientos en la UDI respecto de La Moneda. Legítimos, vitales, más certeros unos que otros, pero ciertamente distintos entre sí.

O sea, quien primero tiene que aclararse respecto de lo que quiere es la propia UDI.

Ante todo, no costaría mucho declarar oficialmente que -por definición- el programa de gobierno es sólo en parte el texto que la colectividad de Coloma quisiera haber redactado; que hay uno que otro enfoque, uno que otro énfasis, que no satisfacen y, por cierto, que algunas proposiciones demócrata independientes no quedaron dentro del programa. Obvio: había que transar en cosas accidentales, pero eso no significa que se renuncie a ellas durante cuatro años. Esa sola declaración facilitaría mucho (con tres meses de retraso, eso sí) la formulación tanto de las críticas como de los apoyos al Gobierno.

Pero también respecto de los nombramientos puede ser la UDI mucho más clara. Debiera dejarse sólidamente establecido que cuando fracase uno (o varios) de los jóvenes profesionales incorporados al Gobierno desde las filas guzmanianas, nadie en el partido hará causa común con el fallido, justamente porque la excelencia ética y profesional es un imperativo para los de Guzmán. Pero que eso significará, al mismo tiempo, defender con la máxima fortaleza a todo funcionario prescindible por acomodos de circunstancia, por futuros intereses electorales del partido socio… por ejemplo. Quizás sea duro advertirlo, pero eso es más leal que, sin aviso previo, proferir berrinches a futuro (que los habrá).

Una tercera cuestión es todavía más delicada e imprescindible: la elección interna en la UDI, programada para fines de agosto.

Nada de raro sería que el Presidente Piñera tuviera ya su candidato, es decir, que prefiriera una mano amiga y suave, dialogante y componedora. Pero es a la propia UDI a la que le corresponde aclararle al Gobierno (porque si no, más adelante, en palacio se quejarán de una amenaza nunca anunciada) que es muy probable que en sus elecciones internas haya candidatos con miradas mucho más exigentes o duras, mucho más proclives a golpear la mesa, aunque sólo sea de cuando en vez.

O, dicho sin rodeos, que a Juan Antonio Coloma bien podrían reemplazarlo José Antonio Kast, Pablo Longueira o Jovino Novoa, con sus matices entre ellos, pero ciertamente diferentes en su eventual relación con La Moneda.

Quizás algunos en la UDI prefieran dejar en la nebulosa los tres puntos anteriores y no dar señales claras al Presidente sobre el tipo de partido con el que debe relacionarse. Quizás prefieran esa indefinición que facilite un pragmatismo caso a caso.

Pero una ambigüedad así desgastaría lógicamente la imagen y la realidad de la propia UDI, tanto en el Gobierno como en la opinión pública.



lunes, mayo 10, 2010

Apuntes sobre despidos en el MINEDUC, por Mario Montes.

Ministerio de Educación, a solo
unos pasos de La Moneda.

Apuntes sobre despidos en el MINEDUC,

por Mario Montes.

Las primeras aproximaciones al tema educacional indican, entre otras cosas, que el Ministerio de Educación ha sido una institución brutalmente ineficiente, que ha politizado en extremo el sistema y que se ha convertido en una punta de lanza en el intento por “lavar” las cabezas de los más jóvenes de los educandos, promoviendo teorías obsoletas.

La segunda aproximación nos señalan que esta hipertrofiada institución, con más de 5 mil funcionarios ha declinado durante 20 años de sus funciones de establecer contenidos mínimos adaptados a la época en que vivimos y lo que resulta más difícil de entender a abdicado a su obligación de fiscalizar la forma en que se gastan los dineros públicos.

La principal preocupación, de los últimos 20 años de este Ministerio clave para el desarrollo, parece haber sido la de falsear, de manera grosera nuestra historia reciente, tratando de influir en los estudiantes con la idea que el Gobierno Militar fue criminal y que los terroristas y extremistas fueron víctimas de una injusta represión.

El resultado es que tenemos en esa Secretaria de Estado una máquina difícil de movilizar, brutalmente burocratizada, atrozmente burocrática, que más que ser el motor del sistema educacional, en todos sus segmentos, se ha convertido en una suerte de freno que impide los cambios y la realización de una política seria en este tan importante campo del desarrollo.

Los Sindicatos que agrupan a los funcionarios de esta cartera parece que se han olvidado que una parte importante de los funcionarios han sido “promotores” de las políticas de los Gobiernos de la concertación, abandonando sus labores para trabajar por la concertación.

No se trata de hacer una campaña de persecuciones políticas, pero, tampoco es posible que el nuevo Ministro pueda trabajar con gente de concepciones decimonónicas, lo que implica, que en cargos fundamentales para las políticas que se quiere implementar es imprescindible que haya gente comprometida con el proyecto que se quiere impulsar.