Violencia y Delincuencia Otra Vez, por Gonzalo Fuenzalida F., Presidente ONG Víctimas de la Delincuencia.
Al parecer, ya se ha vuelto tradicional, que al menos dos veces al año, esto es, el “día del joven combatiente” y el “11 de septiembre”, Santiago sea víctima de bandas armadas que transforman nuestra ciudad en un lugar de violencia y delincuencia sin freno alguno. Esto ha traído heridos, detenidos y recientemente la muerte cobarde de un carabinero en servicio.
Al parecer, nuevamente, ha tenido que pagar con su vida un ser humano para que el mundo político salga de sus problemas cotidianos y se de cuenta que la violencia y la delincuencia que vivimos los ciudadanos desde hace ya un tiempo largo, no es una sensación creada por los medios ni una psicosis mancomunada. Al parecer la delincuencia ya no es solamente una violación de los derechos de propiedad como muchos legisladores creen y callan cuando este tema es prioridad. La delincuencia es una violación de los derechos más fundamentales del ser humano, derechos que se vulneran sistemáticamente día a día y que transforman a ciudadanos libres y pacíficos en víctimas del miedo, la frustración e indefensión.
¿Porqué los derechos humanos sólo existen cuando el violador es el Estado? ¿Qué pasa cuando nuestros derechos a la intimidad, a la paz, a nuestro esfuerzo, se ven violados por otros ciudadanos que libremente irrumpen en nuestras vidas? ¿Acaso ya no existen derechos humanos?
Llama la atención cómo se toma palco para hacer declaraciones políticas de todos lados, cuando la delincuencia asoma, pero al final del día las soluciones no llegan. Y lo que es peor aún, uno no puede quedar indiferente a la propuesta hecha por la Senadora Alvear, quien propone llevar a cabo una marcha ciudadana por la paz encabezada por la misma Presidenta Michelle Bachelet.
Si bien es cierto que la propia Presidenta ha postulado un gobierno ciudadano, en donde cada uno de los chilenos tiene, en teoría, el derecho y deber de proponer los cambios necesarios para hacer de Chile un país mejor, sorprende que una Senadora de la Republica de Chile incite a los ciudadanos en comunión con la Presidenta a hacer en la calle políticas públicas.
Las manifestaciones nacen como una necesidad de recordarle al gobierno de turno que sus ¨clientes¨, trabajadores comunes como usted y como yo, están disconformes y que algo en el sistema está fallando. Es sólo una muestra de estar hartos de que se nos prometan soluciones sin tenerlas dentro de los plazos reales.
La violencia y la delincuencia sin quererlo, se ha transformado en un negocio rentable para muchos, pero sigue siendo un pésimo negocio para todos nosotros.
Al parecer, ya se ha vuelto tradicional, que al menos dos veces al año, esto es, el “día del joven combatiente” y el “11 de septiembre”, Santiago sea víctima de bandas armadas que transforman nuestra ciudad en un lugar de violencia y delincuencia sin freno alguno. Esto ha traído heridos, detenidos y recientemente la muerte cobarde de un carabinero en servicio.
Al parecer, nuevamente, ha tenido que pagar con su vida un ser humano para que el mundo político salga de sus problemas cotidianos y se de cuenta que la violencia y la delincuencia que vivimos los ciudadanos desde hace ya un tiempo largo, no es una sensación creada por los medios ni una psicosis mancomunada. Al parecer la delincuencia ya no es solamente una violación de los derechos de propiedad como muchos legisladores creen y callan cuando este tema es prioridad. La delincuencia es una violación de los derechos más fundamentales del ser humano, derechos que se vulneran sistemáticamente día a día y que transforman a ciudadanos libres y pacíficos en víctimas del miedo, la frustración e indefensión.
¿Porqué los derechos humanos sólo existen cuando el violador es el Estado? ¿Qué pasa cuando nuestros derechos a la intimidad, a la paz, a nuestro esfuerzo, se ven violados por otros ciudadanos que libremente irrumpen en nuestras vidas? ¿Acaso ya no existen derechos humanos?
Llama la atención cómo se toma palco para hacer declaraciones políticas de todos lados, cuando la delincuencia asoma, pero al final del día las soluciones no llegan. Y lo que es peor aún, uno no puede quedar indiferente a la propuesta hecha por la Senadora Alvear, quien propone llevar a cabo una marcha ciudadana por la paz encabezada por la misma Presidenta Michelle Bachelet.
Si bien es cierto que la propia Presidenta ha postulado un gobierno ciudadano, en donde cada uno de los chilenos tiene, en teoría, el derecho y deber de proponer los cambios necesarios para hacer de Chile un país mejor, sorprende que una Senadora de la Republica de Chile incite a los ciudadanos en comunión con la Presidenta a hacer en la calle políticas públicas.
Las manifestaciones nacen como una necesidad de recordarle al gobierno de turno que sus ¨clientes¨, trabajadores comunes como usted y como yo, están disconformes y que algo en el sistema está fallando. Es sólo una muestra de estar hartos de que se nos prometan soluciones sin tenerlas dentro de los plazos reales.
La violencia y la delincuencia sin quererlo, se ha transformado en un negocio rentable para muchos, pero sigue siendo un pésimo negocio para todos nosotros.