sábado, octubre 13, 2007

Premios e imparcialidad, por Hernán Felipe Errázuriz

El 17 de diciembre de 1998, el Comité Judicial de la Cámara de los Lores, Suprema Corte de Gran Bretaña, anuló una sentencia por la falta de imparcialidad de uno de los jueces, Lord Hoffmann, quien conoció de la extradición del ex Presidente Pinochet.

Su independencia quedó en entredicho por su vinculación con Amnesty International, institución sin fines de lucro, dedicada a la defensa de los derechos humanos. Los magistrados adoptaron medidas para que no se repitiera esta situación. Los jueces estimaron que esa vinculación permitía sospechar de la imparcialidad de Hoffmann en contra del ex Presidente. En el fallo se mencionan varios precedentes y la Convención Europea de Derechos Humanos, que exige imparcialidad e independencia a los tribunales. La corte británica invocó el principio de que la justicia no sólo debe ser, sino también parecer servida. Las dudas sobre Hoffmann forzaron a su marginación del proceso.

El Código de Conducta de los Jueces estadounidenses les prohíbe recibir regalos que no provengan de familiares y los autoriza únicamente a recibir premios testimoniales, sin contenido financiero. La prohibición está relacionada con la independencia y la necesidad de precaver el activismo político o económico de los magistrados, y también persigue obviar sospechas sobre su parcialidad por aceptar donativos, aunque provengan de instituciones sin fines de lucro.

Estas normas sobre los prejuicios reales y aparentes en la administración de justicia emanan de consideraciones éticas de aplicación universal, y no pueden ser ignoradas sin menoscabar el prestigio y la integridad de los tribunales de cualquier país. Por eso mismo, sorprende que un magistrado con abierta animadversión en contra del ex Presidente Pinochet y su familia tenga a su cargo ese juzgamiento. La estridencia judicial por la ausencia de control del juez en el cumplimento de las órdenes de detención de los encausados es prueba suficiente de su encono.

Anómalo resulta, igualmente, que un magistrado en servicio activo reciba por sus actuaciones un premio monetario de valor superior a varios años de remuneraciones en la magistratura.

La ceguera de la justicia no puede llegar a omitir flagrantes violaciones a la percepción de imparcialidad, indispensable para el prestigio de los tribunales y para la confianza de los ciudadanos en sus decisiones.

En Chile debería existir un código especial de conducta de los jueces, como ocurre en los estados de Derecho más avanzados. En todo caso, la ley es el mínimum ético, y la Corte Suprema puede intervenir para corregir comportamientos impropios de los magistrados.

La ceguera de la justicia no puede llegar a omitir flagrantes violaciones a la percepción de imparcialidad.

viernes, octubre 12, 2007

Cartas enviadas por el MDS a la Presidente Bachelet y al Papa Benedicto XVI


Santiago, 09 de Octubre de 2007.
Excelentísima
Presidente de la República de Chile
Sra. Michelle Bachelet Jeria

Presente

En atención a su próximo viaje a la Santa Sede para entrevistarse con Su Santidad Benedicto XVI, en nuestra calidad de civiles y uniformados en retiro pertenecientes al Movimiento 10 de Septiembre y cuyas familias mantienen una fuerte raigambre cristiana y devota, así como agradecidas de la obra del régimen militar, hemos querido dirigirnos a Usted para reflexionar respecto de este encuentro.

En efecto, esperamos que su cita con el Santo Padre, sirva para orar y reflexionar respecto de los dolorosos sucesos vividos por nuestro país hace más de 30 años y ayudar como chilenos al verdadero reencuentro de una sociedad dividida, encontrar la paz, el perdón y la sana convivencia entre quienes pensamos diferente.

Bien sabemos tanto por su pasado como por el nuestro, que las circunstancias por las que debimos transitar desde fines de la década del 60 en nuestro país, nadie desea vuelvan a repetirse. Que la descalificación, el resentimiento, la desesperanza, la violencia y el odio no sigan corroyendo nuestro país. Que la convivencia pacífica, el desarrollo, el entendimiento y el respeto a las libertades y a formas de pensar distinto sean una cotidiana realidad.

En pleno siglo XXI no se concibe puedan imponerse sistemas con ideas totalitarias, ni regímenes carentes de respeto por las minorías, que excluyan a quienes piensan diferente o sean adversarios políticos. En este marco es que confiamos que su encuentro con el Santo Padre nos ayude a reflexionar sobre el valor de la paz y el perdón. Ver a nuestro país con ojos distintos, con una mirada generosa que abra las puertas a un auténtico reencuentro entre todos los hijos de esta tierra, sin exclusiones.

Muchos son los uniformados que hoy deben enfrentar la prisión por hechos ocurridos hace más de 30 años. Del mismo modo, muchos son los combatientes, subversivos y terroristas que hoy gozan de plena libertad, el olvido y el perdón, así como de la compensación económica del Estado. Todos quienes participaron de una u otra forma en el pasado reciente de nuestra historia patria, han tenido la oportunidad para reinsertarse en la sociedad, exculpar sus pecados, reflexionar respecto de lo bueno o malo que hicieron y en su fuero íntimo pedir perdón al santísimo por las omisiones, errores o injusticias que pudiesen haber cometido contra otros compatriotas.


El caso de cientos de compatriotas civiles y uniformados no está ajeno a estas culpas y errores. Sin embargo, creemos que transcurridos más de 30 años de los sucesos que nos enfrentaron un día, es hora de perdonar, olvidar y reencontrarse por el bien de las generaciones futuras.

Conociendo la experiencia histórica de otros pueblos, no existe instancia más apropiada en la legislación internacional para una sana convivencia, que la Amnistía sin distinción, donde se expresa una auténtica voluntad de pacificación y concordia entre los hombres en sociedades que han sufrido graves conflictos, por lo que nuestro país no debiera ser la excepción si queremos una verdadera reconciliación.

Nada obstaculiza que nuestro país pueda tener una mirada distinta próximo al bicentenario. Las naciones que han vivido sus peores momentos y conflictos han tenido un instante de reflexión y sus líderes una visión de futuro generosa e indulgente..

Quisiéramos como compatriotas encontrar mediante su visita al Santo Padre, la bendición necesaria para una respuesta generosa que claman cientos de compatriotas ex uniformados que aspiran a su libertad y permitirles reinsertarse en la sociedad, al igual que usted y cómo miles de chilenos que lo hicieron de regreso a la madre patria. Asimismo, no olvidemos que hubo miles de beneficiados por la ley de amnistía de 1978, y numerosos indultados y beneficiados con rebajas de penas y extrañamiento.

Los condenados y privados de libertad son personas por sobre todas las cosas. No los anima ni el odio, la venganza ni el rencor, simplemente poder terminar sus días en libertad junto a sus familias y seres queridos, reconciliados con Dios y nuestra patria.

Si en la cruz de su agonía, Jesús tuvo la grandeza de pedir perdón por quienes lo habían ajusticiado, como creyentes y cristianos sólo aspiramos a pedir perdón y a demandarlo de quienes hoy los están juzgando.

Que Dios bendiga e ilumine a nuestras autoridades.

Movimiento 10 de Septiembre de 1973

Directiva del MDS.


Santiago de Chile, 09 de Octubre de 2007

Excelentísima Santidad
Papa Benedicto XVI

Presente

En nuestra calidad de miembros de un grupo de ciudadanos chilenos, civiles y militares, de sólida formación católica y raigambre cristiana, deseamos dirigirnos a Su Santidad, a fin de poder elevar nuestras plegarias por la paz y reconciliación en nuestra querida República de Chile, a propósito de la próxima visita que le efectuará la Presidente de la República de nuestro país Sra. Michelle Bachelet.

Como ex uniformados y civiles, fuimos actores y testigos directos de las graves convulsiones políticas y sociales que derivaron en la instauración del gobierno de las Fuerzas Armadas y de Orden y que gobernaran nuestro país entre 1973 y 1990. Nuestras vidas se vieron enfrentadas sin quererlo ni buscarlo, a situaciones difíciles y dolorosas para la historia patria. Sin embargo, transcurridos más de 30 años, se ha establecido la democracia que forjamos y reconstruimos con amor y esfuerzo, asumiendo el poder una coalición política que entre sus diversos partidos integrantes, cuenta con algunos de fuerte raigambre socialista y atea que han impuesto un doloroso “ni perdón ni olvido” a nuestros hombres de armas que lucharon contra la subversión y el terrorismo marxista por la libertad de Chile.

Dadas las circunstancias, debimos asumir diversas responsabilidades públicas y actuar no sólo en defensa de nuestros ciudadanos, sino, reconstruir una nación colapsada institucionalmente y dividida social y políticamente, lo cual hicimos siempre teniendo a Dios por delante y buscando lo mejor para nuestra patria y sus habitantes. Como jóvenes uniformados y civiles, pertenecíamos a familias unidas y cristianas, con una formación valórica, respetuosa de las tradiciones patrias y carentes de odio, rencor o venganzas.

Sin embargo, debimos afrontar diversas adversidades propias de los avatares políticos de una época caracterizada por el enfrentamiento ideológico entre el mundo libre y los países dominados por la órbita soviética, debiendo luchar además, contra la pobreza, el terrorismo, la violencia revolucionaria, el odio entre hermanos y contra el intervencionismo extranjero que apoyó la lucha armada. Hicimos lo que mejor pudimos o supimos para salvar nuestra joven nación, sus instituciones y familias y así entregarle a los chilenos una República libre y soberana.

Los resultados están a la vista; somos el país del continente con mayor PIB per cápita, el que posee la mayor estabilidad económica, política y social de la región, el país que más ha crecido en los últimos 10 años, el que posee el mayor índice de alfabetismo y de menor mortalidad infantil y donde se respetan sus instituciones y autoridades públicas y privadas.

No obstante, para llegar a ello debimos transitar el camino doloroso de la violencia, la incomprensión y el odio de ciertos chilenos que hoy detentan el poder. La misma intolerancia y resentimientos de un pasado que creíamos superado, ha vuelto a enfrentarnos nuevamente con nuestros adversarios, pero ésta vez, en trincheras diferentes, ellos en el poder, nosotros encarcelados, humillados y olvidados en la indiferencia. Si bien podemos entender el dolor de muchos chilenos quienes se vieron afectados por los sucesos ocurridos entre 1973 y 1990, y que pudieron haber herido el alma nacional, tampoco es menos cierto que la dictación de la Ley de Amnistía en 1978 benefició a miles de activistas y subversivos que empuñaron las armas en contra nuestra y gozan de plena libertad desde entonces.

Tal vez cometimos errores, sin embargo nada justifica continuar mirándonos con resentimiento, o persistir en acciones de odio y venganza que en nada contribuyen a mantener la paz y una sana convivencia como hijos de una misma tierra y en abierta contradicción con la fe cristiana y el amor que Cristo nos enseñó a mantener entre hermanos.

Como soldados disciplinados, muchos de nosotros hemos debido enfrentar una serie de juicios muy injustos y arbitrarios, donde numerosos jueces aplican leyes inexistentes en nuestro ordenamiento jurídico, pero amparados en leyes internacionales no ratificadas en nuestro país. La NO aplicación de leyes de prescripción y amnistía a los ex uniformados, plenamente vigentes y centenarias en nuestra institucionalidad jurídica y republicana y de principios como el de “pro reo”, sumado a sentencias basadas sólo en presunciones, sin pruebas y por hechos que finalmente ocurrieron hace más de ¡30 años!, nos imponen hacer todos los esfuerzos posibles para tratar de revertir tanta desigualdad e inequidad de nuestros tribunales, los que se han transformado en verdaderas cortes de injusticia.

Muchos son los ejemplos en el mundo donde vencedores y vencidos que se enfrentaron en el pasado, terminan dándose la mano, superando juntos y en concordia sus diferencias, por el futuro de sus naciones. Es también nuestro deseo y nuestro clamor, que se expresa en un sentimiento honesto y responsable de reconocimiento de nuestras culpas y errores.
Como hombres de armas fuimos llamados por la civilidad a cumplir patrióticamente nuestros deberes de soldados, siendo muy jóvenes e inexpertos, con grandes ideales, creyendo en nuestra causa donde cada cual intentó hacerlo de la mejor manera posible, No somos delincuentes, no somos terroristas, no somos hombres de violencia u odio. Somos seres humanos con un profundo sentido cristiano, que anhelamos estar con nuestras familias, vivir en paz con nuestros hermanos y con el corazón abierto a la comprensión y tolerancia, donde no nos anima ningún propósito contrario al reencuentro e interés nacional.
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Creemos firmemente que ha llegado el momento de superar estos hechos ocurridos hace más de tres décadas y encaminar nuestros esfuerzos con una auténtica voluntad de reconciliación nacional y terminar con nuestras diferencias y descalificaciones.

Santo Padre, en nombre de Dios todopoderoso, de su infinita bondad y misericordia, por la unidad entre los hombres de esta tierra, es que queremos hacerle el más fervoroso llamado para que escuchen nuestras súplicas, para pedir perdón por quienes hayamos podido ofender, pero a la vez, se nos mire con indulgencia y sin rencor, para permitir que se cierren definitivamente las heridas de nuestro pasado más reciente en nuestra historia patria y se posibilite finalmente excarcelar y reinsertar a decenas de compatriotas para que puedan terminar sus días en paz, viviendo en libertad junto a sus familias, reconciliados con Dios, la patria, su pasado y sus semejantes.

Elevamos nuestras plegarias al todopoderoso para que por su intermedio nos permita mirar con optimismo, esperanza y humildad una generosa actitud de nuestros gobernantes. Para que su encuentro con la actual Presidente de la República de Chile, sirva para reflexionar sobre los duros momentos vividos hace más de 30 años en nuestra querida patria, Para que en la solemnidad y el silencio de vuestro encuentro, en el amor a Dios, el respeto y convicción a sus enseñanzas y en la más profunda de las oraciones, se pueda hacer presente un acto generoso de perdón y reconciliación, dándose la oportunidad para un verdadero reencuentro y volver a mirarnos a la cara entre los chilenos.

Confiamos y rogamos a Dios y a vuestra Santidad, pueda encontrar en la Presidenta, la caridad y bondad necesarias para poner fin a los días de encierro y otorgar la pronta libertad a cientos de chilenos ex uniformados para que en el ocaso de sus vidas vuelvan a estar con sus familias y seres queridos.

Con nuestro mayor respeto, humildad y sincera devoción, saludan a Su Santidad,



Movimiento 10 de Septiembre de 1973

Directiva del MDS.

jueves, octubre 11, 2007

Concertación para cuentear, por Álvaro Bardón.

Concertación para cuentear, por Álvaro Bardón
¿Qué cuento venderemos ahora? ¿El del "modelo", el del "mercado cruel", el del "neoliberalismo", el de la "antiglobalización" o el del Consenso de Washington? ¿O el de los derechos humanos, como hacen a diario las variadas corrientes socialistas, después de que sus inspiradores predicaron y practicaron su violación durante un siglo, con 100 millones de muertos?

El de la ambigua equidad ya no da para más, y la distribución del ingreso es hoy tan mala como la de Allende, la del Estado "social" o la del pasado colonial. ¿Cómo venderemos la idea de que ahora sí funcionará el Estado socialista, y que los mayores impuestos, que también pagan los pobres, irán a beneficiarlos a ellos?

Siempre podremos culpar de todo a militares, policías y jueces, porque han sido los clásicos defensores y garantes del capitalismo, según aprendimos en los manuales del comunismo. Defendieron a la derecha con el cuento de la ley y el orden, y luego se juntaron con todos para dar el golpe que hasta Allende esperaba. En él fueron determinantes los democratacristianos, con Frei y Aylwin a la cabeza. Pero, ¡qué importa!, si ya nadie se acuerda de los DC, ni de lo que piensan. Como los de la Concertación, van a tener que hacer un congreso ideológico, para saber qué son. En aquellos años -como ahora- eran más bien socialistas que socialcristianos a la alemana. Con razón tienen problemas con la DC latinoamericana, otra rareza.

¿Y por qué no volvemos a tirarle mugre a Pinochet?

Bueno, es que falleció. ¿Y qué?, nosotros nunca hemos creído en aquello de descansar en paz. ¡Ni perdón ni olvido! Humanidad lesa o lesa humanidad, eso es lo que importa. Además, capaz que haya resucitado, como el Franco del libro de Vizcaíno Casas. Con éstos, nunca se sabe. Pero sabemos que Pinochet anda suelto, y por eso ya pusimos "un juez" a investigar. En unos meses más, con toda la plata fiscal y la publicidad, podremos armar un caso y llegar a las próximas elecciones. Es lo que ya hicimos con los derechos humanos, a un costo de unos mil millones de dólares. Estos negocios funcionan bien, siempre que estén a cargo de "jueces" inteligentes, independientes y correctamente incentivados.

¿Podremos, aún, prometer obras públicas tipo EFE o canal de Chacao? ¿O impresionar al mundo comparando nuestro 11 de septiembre con la bomba atómica de Hiroshima, o destacando nuestra lucha implacable contra el calentamiento global, que hemos abordado solos, sin esperar a los países desarrollados? ¿Nos creerán a los socialistas que respetamos los derechos humanos, la propiedad, la libertad y la democracia? ¿Y que construimos esta democracia, luego de destruirla hacia 1970? ¿Y que logramos, de la nada, un notable desarrollo con "equidad" desde 1990? ¿Podremos cuentear con la eliminación del crimen y las drogas, en seguida después de quitarles las armas a los ciudadanos decentes, para facilitar el "trabajo" de los delincuentes?

Votemos por la Concertación, que administra bien las reformas del gobierno militar. Cierto: no tiene programa, se corrompió y sus contradicciones son enormes. Pero mire a la derecha, asustadiza y populista, sin propuestas liberales serias tipo Sarkozy, y que olvidó que el nuevo Chile comenzó con Pinochet. Justo ahora que resucitó.


Artículo tomado de Diario El Mercurio

miércoles, octubre 10, 2007

Los presos y los ovacionados, por Hermógenes Perez de Arce

Cuando estudié leyes, todavía imperaba acá un aceptable Estado de Derecho. Por eso, aún conservo reminiscencias de formación jurídica. Y, por lo mismo, cuando ya no hay Estado de Derecho aceptable y la judicatura es un tiro al aire, aún me puedo sorprender. Y me he sorprendido al ver al ministro Cerda actuando sin tener competencia. Pues ella estaba determinada por el fuero del ex Presidente Pinochet y éste falleció, con lo cual cesaron tanto dicho fuero como la respectiva competencia. Pero Cerda sigue igual.

También me he sorprendido cuando ha ordenado detener (sacándolas de sus casas por sorpresa y con ostentación policial innecesaria) a 23 personas, entre ellas una ex Primera Dama octogenaria y delicada de salud, por un delito -malversación- que legalmente ninguna de ellas puede haber cometido. Pues el art. 239 del Código Penal dice que sólo pueden cometerlo empleados públicos que tengan a su cargo caudales del Estado. En este caso, gastos reservados. El único que reunía ambas condiciones era el extinto ex Presidente.

Tercero, Cerda viaja, apenas consumada su proeza, a recibir un premio por otros fallos suyos, inspirados en su personal postura de que no lo obligan los textos legales. Pero la recepción de tal premio es constitutiva del delito de prevaricación (art. 223 N° 2 del Código Penal), que sanciona con inhabilitación absoluta perpetua y presidio o reclusión menores en cualquiera de sus grados al juez que "reciba dádiva o regalo por hacer o dejar de hacer algún acto de su cargo". ¿Volverá Cerda a la cárcel?

Aventuro que no, porque, cuarto -y broche de oro-, ha sido celebrado por sus pares y superiores, que declaran la dádiva espuria como un honor para toda la judicatura.

Eso en cuanto al derecho, que en este caso, como se ve, no juega ningún papel.

En cuanto a la política, que sí tiene que ver en esto, parece obvio que Cerda quiso desviar los focos del sector al cual adhiere, en tiempos en que todos ellos realzan su corrupción e incompetencia. Pero usar el tema de los gastos reservados es un grave error político. Es como mencionar la soga en casa del ahorcado. Si ha habido gobiernos que hayan abusado de esos gastos, han sido los de la Concertación. Se los estuvieron llevando por años, masiva y clandestinamente, para la casa, hasta que fueron pillados. Y entonces, ¡oh contraste!, no hubo procesamientos ni detenciones. Sí hubo perdón amplio, generoso y general. Pues ninguno de los receptores tenía nada que ver con Pinochet. ¿Y, además, qué culpa tenían? Como un ex subsecretario me confesara: "Me llamó la jefa de gabinete de Soledad Alvear y me dijo que había un sobre para mí. Contenía un millón 800 mil pesos". ¿Qué le iba a hacer el pobre?

No sólo perdón. Otro ex subsecretario, un DC que destinó varios millones sustraídos del MOP a financiar sus estudios en España, fue absuelto, por supuesto, gracias a la prescripción (ésta favorece a quienes no vistan uniforme). Después lo recibieron con una ovación en el V Congreso Ideológico de la DC. Cito de la crónica: "Se sumaron (al aplauso) la presidenta del partido, Soledad Alvear, el ex ministro Andrés Zaldívar y el ex Presidente Patricio Aylwin".

Los unos, presos; los otros, ovacionados.

Pero, así y todo, el idealismo no muere: el joven diputado Nicolás Mönckeberg le ha demandado al Consejo de Defensa del Estado exigir al ministro Lagos Weber la devolución de los fondos estatales que percibió para doctorarse en Londres, sin haberlo hecho.

Emocionante. ¡Yo también alguna vez fui idealista! "Juventud, divino tesoro, te fuiste para no volver. Cuando quiero llorar no lloro, y a veces lloro sin querer".


Tomado de Diario El Mercurio

martes, octubre 09, 2007

Sorprendente conducta de un magistrado, por Gonzalo Vial



En la saga de los procesos contra el general Pinochet y su familia, las actuaciones del magistrado que lleva el juicio criminal Riggs, la semana pasada, exceden los límites conocidos de la rareza, y originan conclusiones lamentables.

1. Los hechos indiscutidos son los siguientes:

a) Que EL CUATRO DE OCTUBRE el juez dicho ordenó detener a veintitrés personas, incluidos trece militares y cuatro mujeres, una de ellas viuda, conocidamente hipertensa y de 84 años de edad. La detención debía ser cumplida de inmediato, sin demora, y así se hizo el mismo día, desplegando Investigaciones al efecto un numeroso parque de vehículos policiales y UN CENTENAR (El Mercurio, 5 de octubre) de agentes.

b) Que los civiles varones fueron capturados A PUNTA DE PISTOLA, y obligados a subir a los automóviles policiales (El Mercurio, 8 de octubre). La señora de 84 años sufrió una descompensación al ser aprehendida en su casa.

c) Que las mujeres detenidas, salvo una que tenía rango militar, pararon en el Centro Penitenciario Femenino, en celdas individuales sin ventana, con piso de cemento y por mobiliario una cama y un velador. Los civiles varones, en el Penal Santiago Nº 1 de Gendarmería, los tres juntos en una habitación con literas y un velador. No se permitió los viesen familiares que concurrieron allí, porque no era (se les dijo) día de visita. Pero un diputado pudo sí acceder a ellos (La Tercera, 6 de octubre); ignoro en virtud de qué ley o reglamento él sí y los parientes no. La señora de 84 años quedó internada en el Hospital Militar, sedada y medicada, gracias a que los facultativos del establecimiento se opusieron con firmeza a que fuera asimismo conducida al Centro Penitenciario Femenino.

d) Que la suerte de los oficiales procesados fue muy distinta. Citados por intermedio del Ejército a dependencias de éste, y se les notificó allí su detención. Esta se materializó en el Comando de Telecomunicaciones de Peñalolén, bajo condiciones de relativa comodidad.

e) QUE AL DIA SIGUIENTE DE LA APARATOSA DETENCION, CINCO DE OCTUBRE, el mismo juez, de oficio, sin que nadie se lo pidiera, decretó la libertad bajo una modesta fianza de todos los detenidos, salvo uno que no había sido encontrado por la policía.

f) QUE AL DIA SUBSIGUIENTE, 6 DE OCTUBRE, la Corte de Apelaciones de Santiago confirmó las libertades bajo fianza, rebajando ésta a un monto nominal. MAS AUN, la extendió DE OFICIO al único procesado no encontrado hasta ese momento por la policía, debido a lo cual ni había pedido la libertad, ni el juez se la había dado motu proprio como a los otros.

2. La primera conclusión de los hechos que anteceden es que el juez instructor quiso detener a los civiles procesados, y mantenerlos presos, en las más duras condiciones posibles, incluso a la señora hipertensa de 84 años, todo el tiempo que demorase la Corte en confirmar las libertades QUE EL SABIA QUE LES ERAN DEBIDAS.

Tanto lo sabía, que él mismo las ordenó SIN QUE NADIE SE LO PIDIERA.

Si lo hubiera hecho en la misma resolución de procesamiento, la Corte hubiera podido confirmar las libertades esa misma tarde, y no hubiesen pasado los detenidos SIN MOTIVO ALGUNO dos noches de cárcel.
Y que podía hacerlo en esa resolución, antes ser materialmente detenidos los afectados, se confirma por el hecho de haberlo dispuesto la Corte, también de oficio y sin petición de nadie, respecto al único procesado no habido por la policía.

Entenderá el lector la sensación de espanto, de entrever algo oscuro y amenazante en el fondo de un alma, que me causa oír al juez que ha incurrido en este transparente acto de inhumanidad, decir «Yo entiendo el dolor que ellas han padecido... de alguna manera (también lo) tengo» (El Mercurio, 7 de octubre). «No es posible que se entienda que yo dicto una resolución nada más que por perseguir o por meter a la cárcel a una señora de 84 años, que es dignísima» (La Segunda. 5 de octubre). «Tengo hambre de que todos los sectores de la sociedad vean en mí un juez y no un persecutor» (La Tercera, 6 de octubre). Mejor callar.

3. Tampoco resisten análisis las explicaciones que ha dado el juez instructor por su conducta. En efecto:

3.1. Dice que, adquirida por él la convicción de que se ha cometido un delito, y de sus responsables, sería «simplemente... mi deber... hacer precisamente lo que he hecho» (El Mercurio, 6 de octubre). Pero esto, que es exacto, se refiere al procesamiento, no a la libertad bajo fianza.

3.2. Confirmando lo anterior, al otorgar él mismo al día siguiente las libertades, de oficio, sin pedirlo nadie, señala: «Todas las personas tienen derecho a enfrentar un procesamiento en libertad» (La Tercera, 6 de octubre). El mismo derecho tenían el día 4, y si el juez los iba a dejar libres motu proprio de todas maneras, ¿por qué lo hizo el 5 y no el 4, asegurando así que pasarían dos noches presos? ¿Cómo se compadece esta actitud con el ‘‘derecho’’ de ‘‘todas las personas’’ a ‘‘enfrentar un procesamiento en libertad’’?

3.3. Sobre la premura en dictar el procesamiento. «No podía tardar, porque estaba pendiente desde hacía mucho tiempo... Ya se está violando la norma que dispone una rápida investigación... (y) los tratados internacionales que exigen que un debido proceso tenga una tramitación rápida y oportuna» (La Segunda, 5 de octubre). Mas el apuro cesa una vez que está claro que los procesados serán detenidos y recluidos con escándalo. Entonces, AL DIA SIGUIENTE, el juez se va de vacaciones con toda su familia. ¿Es serio esto?

3.4. A la verdad, el procesamiento podía esperar perfectamente que el juez instructor concluyera sus diez días de vacaciones. Es muy desgraciado que la resolución respectiva haya coincidido con recibir el magistrado un premio monetario por su conducta judicial. Dice, y confirma la entidad norteamericana que lo distinguió, que el fallo ‘‘no está directamente relacionado de ninguna manera con este premio’’ (La Tercera, 6 de octubre). Pero su página web, explicando la distinción, señala: ‘‘HASTA HOY continúa llevando a la justicia a miembros de la familia Pinochet por corrupción y evasión tributaria’’ (El Mercurio, 5 de octubre).

Esperaré (sentado, pues quizás la cosa demore) que la Corte Suprema aclare si es apropiado que un juez en ejercicio, por la forma como lleva un juicio pendiente, reciba 167.000 dólares de un particular.

3.5. De todo lo que ha dicho el juez instructor, me quedo con lo que sigue: ‘‘Si un juez siente que la tiene (animadversión contra una parte de un juicio)... por supuesto que tiene que dejar de actuar como tal’’ (El Mercurio, 6 de octubre). Los indicios externos, que naturalmente es lo único que podemos apreciar, conducen a concluir que dicho juez se halla en la situación que describe, y a pedirle que actúe consecuentemente.

4. Estoy cierto de que las mejores condiciones de detención y reclusión, de que gozaron los oficiales y ex oficiales envueltos en este penoso asunto, fueron las reglamentarias. Nadie, por supuesto, puede censurarles que las aprovecharan. No sé por qué no se aplicaron al ex oficial Augusto Pinochet Hiriart, pero debe haber existido un motivo plausible. Es lógico que las autoridades castrenses se preocuparan del cumplimiento de estas normas, coordinándose con Investigaciones. Quizás hubieran podido extender un poquito este celo, para proteger de las indignidades que sufrió, a la anciana y enferma viuda de quien fuera veinticuatro años su Comandante en Jefe. Evitando así la posible y seguramente injusta sospecha de que se ha decidido aplicar a la viuda y memoria del general Pinochet la política de si te he visto no me acuerdo.

(Tomado de Diario La Segunda)

lunes, octubre 08, 2007

En Chile no existe el Estado de Derecho….


Ex senador
ABOGADO MIGUEL OTERO: "EN CHILE LA LEY NO SE APLICA POR IGUAL"

En entrevista con La Gran Mañana Interactiva de Radio Agricultura, el abogado Miguel Otero analizó la detención de la familia y los ex colaboradores del fallecido general Augusto Pinochet Ugarte, y aseguró que la medida dictada por el juez Carlos Cerda dejó en claro que en nuestro país no existe el Estado de Derecho, porque la ley no se aplica por igual.

"En Chile debe haber un Estado de Derecho que no existe, porque la ley no se aplica por igual a todos los chilenos", aseguró el ex senador, quien comparó el caso de los hijos y la viuda del ex gobernante con los casos de corrupción que se dieron en la administración de Ricardo Lagos, y que no fueron juzgadas de la misma manera.

"Cuando se trató de malversación de caudales públicos en el Gobierno del Presidente Lagos, qué ocurrió, se aplicó la prescripción. Y aquí hay algo que comienza en 1983 y no hay prescripción, por lo tanto la ley no se aplica por igual", recalcó.

Miguel Otero sostuvo que la resolución del ministro Carlos Cerda en el denominado caso Riggs habla "de actos que se realizaron en 1981, hace 26 años", y que luego toma otras transacciones en la década de los 90, y explicó que más allá de "si esas platas se obtuvieron bien o mal, no hay ninguna duda que si hay un hecho ilícito esto está prescrito".

"Hay una doble actuación de parte de jueces y de ministros. Para algunos la ley es inmediata, para otros la lay no rige", manifestó el jurista, quien ejemplificó con los militares que son detenidos y dejados en la cárcel por ser "un peligro para la sociedad", mientras que "la misma justicia determina que no es peligro alguien que secuestró y retuvo a su ex mujer con un cuchillo en el cuello".

El ex parlamentario cuestionó el accionar del juez Cerda, y acusó una situación inconstitucional de su parte al viajar a Washington y recibir un millonario reconocimiento por su labor en casos de derechos humanos.

"Contraviene el principio de la probidad administrativa el siguiente punto: Solicitar, hacerse prometer o aceptar en razón del cargo de función donativos, ventajas o privilegios de cualquier naturaleza. Al día siguiente de esta resolución se le da un premio en efectivo al ministro por su defensa a los derechos humanos, y si lo hizo como juez habría incurrido en una seria falta a la probidad", expresó.


Finalmente, el abogado especialista en derecho procesal no quiso afirmar si el Gobierno intervino o no en la detención de la familia de Augusto Pinochet y 17 de sus ex colaboradores más cercanos, pero dejó en claro que el hecho le trajo ganancias a la alicaída administración de Michelle Bachelet.

"Esos son los juicios que uno no puede emitir porque tendría que tener hechos concretos, pero ¿a quién benefició todo esto que apareció en los diarios? Al Gobierno de la Presidenta Bachelet, porque dejó de lado el hecho que estaba en el punto más negro según las encuestas", planteó.

"Cada vez que hay algo que afecta al Gobierno sacan a colación algo de la familia Pinochet", agregó Otero, quien recalcó que aunque no quiere hacer juicios precipitados, "sí es raro que estas cosas se produzcan".




Tomado de www.radioagricultura.cl

domingo, octubre 07, 2007

Derechos Humanos pisoteados

Sin duda alguna las libertades en Chile han sido severamente amagadas por las acciones de los Gobiernos concertacionistas y la absurda resolución el Juez Carlos Cerda, con la que se insiste el la descarnada persecución que se hace contra la Familia Pinochet.

Nosotros lo consideramos de extrema gravedad, pues, cuándo los derechos de un solo ciudadano son amagados, los del resto de la población quedan en una preocupante situación de suspenso.

Chile necesita cicatrizar las heridas producidas por la intensa prédica de odios ocurrida en el País en los años 70, la violencia insensata que se provocó y los resultados de un duro proceso de normalización.

A nosotros nos quedan pocas dudas de que se trata de una cacería contra la familia del ex Gobernante producida por los temores de que puedan levantarse como herederos políticos del General Pinochet.

Sumado a lo anterior, nos caben suspicacias sobre el afán de protagonismo del Magistrado y las concomitancias con el oficialismo que ve con pavor la posibilidad de un cambio de administración que les arrastre a los tribunales por la extrema corruptela.

Poco importaron los derechos de estas personas, ningún respeto se tuvo con estos eres humanos, lo único que valió fue la necesidad de producir un echo noticioso que opacara las divisiones de la coalición oficialista y las escasas calificaciones que la ciudadanía concede a la Primer Mandatario.

Nos parece sorprendente que aquellos que llegaron al poder blandiendo la bandera de la defensa de los Derechos Humanos, utilicen los métodos que criticaron para afirmarse con “dientes y muelas” al poder.


Creemos que ya ha llegado la hora de exigir a las clases dirigentes dejar la hipocresía y el doble estándar, para que se pongan a trabajar en la pega encomendada por el pueblo, solucionar los inmensos problemas que nos afectan.