martes, diciembre 22, 2009

Un gran paso para las mujeres, Por Cristina Bitar.


Un gran paso para las mujeres,

Por Cristina Bitar.

En muchos sentidos, la última elección presidencial y parlamentaria hizo historia. Es primera vez que la Concertación sale segunda en una elección presidencial, que elige menos diputados que la Alianza y que enfrenta una segunda vuelta sin gozar del favoritismo de los pronósticos. Pero en otra dimensión esta elección también ha sido histórica: es primera vez que el Senado contará con cinco mujeres entre sus miembros. La política ha sido tradicionalmente una actividad masculina y la Cámara Alta, la máxima expresión de ello. Nunca la representación femenina había sido tan grande.

A lo anterior se suma que cada una de estas cinco legisladoras son mujeres de reconocido talento y capacidad de trabajo, y tienen una trayectoria profesional y de servicio público sobresaliente. En pocas palabras, se han ganado con creces el sitial que les ha dado la votación ciudadana. Serán un gran aporte a la cámara que integrarán, al proceso legislativo y al país. Esto es alentador; demuestra que las mujeres se han abierto un camino y cada vez más se ha legitimado su rol en el servicio público. Queda mucho por avanzar: de 38 senadores y 120 diputados, el porcentaje de mujeres sigue siendo menor; nos alegramos porque cinco estarán en el Senado, pero la verdad debiéramos aspirar a que la cifra estuviera en el orden de la mitad en forma normal y permanente.

Lo he dicho antes: para lograrlo no creo que las cuotas sean el camino, sino el que se sigan abriendo oportunidades educacionales, laborales y de participación política. La Presidenta Bachelet ha marcado un hito, que va mucho más allá de su particular opción política. Ha mostrado que la sensibilidad es compatible con el liderazgo político y la eficiencia en la gestión. El apoyo con el que concluye su período, así como la baja votación que obtuvo en primera vuelta el candidato de la Concertación, demuestran la libertad con la que actúa el elector de hoy, que no se amarra a partidos ni coaliciones, y vota pensando en lo que cree mejor para el futuro. Cada día más, tenemos electores que actúan sin prejuicios; ello explica en buena medida el avance de las mujeres en cargos de representación popular.

Esto se expresa en diversos ámbitos. Así como hemos tenido una Presidenta de la República, es perfectamente posible pensar que podemos tener una presidenta del Senado, de la Cámara de Diputados y, en un futuro próximo, de la Corte Suprema. Ya no hay espacios que las mujeres no puedan ocupar. Así también se ha ido desdibujando la imagen de que hay profesiones femeninas y otras masculinas. La mujer puede desempeñar con eficiencia cualquier profesión. De hecho, escuchaba a un destacado economista chileno que reside en Nueva York decir que hay estudios que demuestran que en sociedades altamente desarrolladas y competitivas las mujeres están obteniendo mejores resultados educacionales en matemáticas, por ejemplo, y están recibiendo mayores niveles de remuneraciones que los hombres.

Hacia allá estamos avanzando. Las mujeres que se integran a contar del 11 de marzo al Senado y a la Cámara de Diputados, así como las que ya integraban ambas cámaras, son una luz de esperanza. Es de esperar que los partidos vean cuánto les conviene buscar y estimular liderazgos femeninos. Las mujeres se están abriendo paso simplemente porque son muy buenos candidatos y porque hacen muy bien su trabajo; el partido que no lo entienda así se irá quedando atrás. Chile está cambiando y lo está haciendo en la dirección correcta. Bien por todas las mujeres que se han ganado su espacio con talento y trabajo bien hecho.