Hay sujetos tropicales, payasescos, que tratan de ocultar su populismo con una máscara democrática que oculta sus intencionalidades totalitarias y sus afanes de apernarse de manera permanente en el poder.
Estos sujetos han acomodado las Constituciones y las leyes electorales a “su medida”, han limitado los derechos de la oposición, usan el poder del Estado para hacer primar sus posiciones usando de una permanente demagogia.
Han limitado los poderes de los órganos del Estado que se suponen independientes, como el Congreso, la Justicia y también los entes controladores de los sistemas de votación.
Movilizan a miles de “reservistas” para conformar una defensa a una imaginada invasión de los Estados Unidos, pero que garantizan su permanencia en las esferas de poder.
Los opositores ven cerrados sus medios de comunicación, las empresas que no les son obsecuentes son nacionalizadas con los dineros de los excedentes de las ventas de materias primas.
A los opositores de les ataca de manera flagrante, con campañas de desprestigio alevosas, cuándo no se le intimida físicamente o sencillamente se manda a la policía que les elimine del todo.
Estos sujetos, que hacen gárgaras con la defensa de los derechos del pueblo, utilizan las necesidades de los más humildes como arma de perpetuación en el Gobierno, pero nunca solucionan sus problemas.
Se califican como Bolivarianos o socialistas del siglo XXI, pero el análisis de su actuar y de su posturas, les acerca de manera muy cercana al totalitarismo comunista o a los pardos del nacional socialismo.
Como usted podrá deducir estas características, a lo mejor con distintos nombres de movimientos “sociales”, se asemejan a muchos Gobernantes de nuestra America Latina, pero nos estamos refiriendo al Hugo Chávez de Venezuela.
Sus afanes de protagonismo, además de una megalomanía intensa, lo han llevado a confundir al Estado con su propiedad y conduce a su pueblo, a pesar de los inmensos recursos petroleros, a un desastre de proporciones.
Sueña con que lo quieren matar, divaga permanentemente con ataques extraterritoriales, financia a todos los grupos extremistas del continente, se pavonea como un pavo real a costa de la miseria del pueblo.
El chavismo, con sus camisas rojas y sus boinas del mismo color, se parecen cada vez mas a las guardias revolucionarias creadas por los rojos o a los camisas pardas del nazismo europeo.
Estos sujetos han acomodado las Constituciones y las leyes electorales a “su medida”, han limitado los derechos de la oposición, usan el poder del Estado para hacer primar sus posiciones usando de una permanente demagogia.
Han limitado los poderes de los órganos del Estado que se suponen independientes, como el Congreso, la Justicia y también los entes controladores de los sistemas de votación.
Movilizan a miles de “reservistas” para conformar una defensa a una imaginada invasión de los Estados Unidos, pero que garantizan su permanencia en las esferas de poder.
Los opositores ven cerrados sus medios de comunicación, las empresas que no les son obsecuentes son nacionalizadas con los dineros de los excedentes de las ventas de materias primas.
A los opositores de les ataca de manera flagrante, con campañas de desprestigio alevosas, cuándo no se le intimida físicamente o sencillamente se manda a la policía que les elimine del todo.
Estos sujetos, que hacen gárgaras con la defensa de los derechos del pueblo, utilizan las necesidades de los más humildes como arma de perpetuación en el Gobierno, pero nunca solucionan sus problemas.
Se califican como Bolivarianos o socialistas del siglo XXI, pero el análisis de su actuar y de su posturas, les acerca de manera muy cercana al totalitarismo comunista o a los pardos del nacional socialismo.
Como usted podrá deducir estas características, a lo mejor con distintos nombres de movimientos “sociales”, se asemejan a muchos Gobernantes de nuestra America Latina, pero nos estamos refiriendo al Hugo Chávez de Venezuela.
Sus afanes de protagonismo, además de una megalomanía intensa, lo han llevado a confundir al Estado con su propiedad y conduce a su pueblo, a pesar de los inmensos recursos petroleros, a un desastre de proporciones.
Sueña con que lo quieren matar, divaga permanentemente con ataques extraterritoriales, financia a todos los grupos extremistas del continente, se pavonea como un pavo real a costa de la miseria del pueblo.
El chavismo, con sus camisas rojas y sus boinas del mismo color, se parecen cada vez mas a las guardias revolucionarias creadas por los rojos o a los camisas pardas del nazismo europeo.
Nota de la redacción: No tenemos nada contra los paises tropicales, que nos encantan, ni mucho menos contra el esforzado gremio de los payasos.