jueves, julio 10, 2008

No nos gustaría estar en los zapatos de Bachelet


La popularidad de la Gordi, Michelle Bachelet, viene cayendo en caída libre, que para evitarla no coopera en nada su mediocre Gabinete ni su grupo de asesores que parecen vivir el mundo de fantasía de La Moneda.

Pero si ya ni las encuestas pagadas por el Gobierno a Enrique Correa le traen buenos resultados y mientras su imagen se diluye, el repudio a sus acompañantes crece de manera exponencial.

Fuera de Relaciones Exteriores, que está bien calificado no sabemos porqué en un país que tiene problemas con todos sus vecinos, el resto del Gabinete solo acumula acidas criticas ciudadanas.

No solo la Mandatario parece tener una agenda con las prioridades erradas, sino que sus colaboradores, con complejo de “yes man” parecen seguirle sus equivocados caminos, claro que cada uno jugándose la personal.

Tenemos un estado en que el Gobierno no realiza sus funciones, en que los Secretarios de Estado intentan proyectarse para ver si consiguen alguna candidatura al Congreso o ganarse una embajada.

La situación que vemos es la de un vacío de poder, en que cada uno de los protagonistas trata de abandonar el barco de la manera más elegante para no verse arrastrados por el inminente naufragio.

La Presidente insiste en no poner los pies en la tierra y se aferra a una agenda política que a casi nadie interesa, solo a la clase política y se hace la sorda de los problemas que afectan al común de los ciudadanos.

Cuándo se digna bajar a la realidad, que es solo cuándo las presiones se hacen insoportables, saca la billetera Fiscal en la absurda creencia que todo se soluciona poniendo el fajo de billetes por delante.

No se da cuenta, que además de la incapacidad y falta de realismo que ha demostrado su equipo de Secretarios no la acompaña en nada y que varios de ellos deben ser destituidos de inmediato.

Creemos que Perez Yoma, Velasco, Vidal, Cortazar. Jiménez, entre otros, le hacen un flaco favos a la Gobernante, pues sus actitudes totalitarias, muy similares a las de Bachelet, provocan anti-cuerpos en la ciudadanía.

Su coalición de Gobierno muestra síntomas inequívocos de disolución, baste ver como se pelean a “dentelladas” los cupos para tratar de asegurar alguna pega para sus amigos o compañeros.

Nunca hemos aspirado a cargo alguno, pro debemos reconocer con hidalguía que no nos gustaría estar en los zapatos de la Presidente Bachelet, que se ha farreado una inmejorable oportunidad de hacer un excelente Gobierno.