A mí no me manda Lagos...
por Matías Carrozzi.
Hoy, por lo menos para mi, es una incógnita cómo el militantes PPD intentará digerir los mensajes que emanan desde su tienda: con resignación, esperanza, vergüenza, indiferencia... no tengo idea, pero lo cierto es que por primera vez en su historia surge la posibilidad de instalar un contrapeso al lote de amigos que ha dirigido el partido los diez últimos años.
Ese lote de amigos, que algunos con poco fundamento y mucho cariño insisten en llamar girardismo, enfrenta con evidente temor el surgimiento de una nueva generación de políticos liderados por Carolina Tohá, Ricardo Lagos Weber, Felipe Harboe, entre otros, que ven con preocupación como su partido se ha transformado en una parcela de agrado, con limitadas membresías para utilizar la piscina y el sauna.
Si hasta para mí, un insignificante conservador, me llama la atención la porfía y libertad con que el lote de amigos, el mismo que dividió a la Concertación para las elecciones municipales del 2008, que metió con fórceps a Eduardo Frei (primarias incluidas), que ni bien firmó como candidato oficial del conglomerado dejó sólo al tiempo que iniciaba las negociaciones con el sector que lidera Marco Enríquez-Ominami (tratos que se siguen realizando), ese grupo, ahora, nuevamente las emprende contra si mismo y planifica cómo evitar que otros conduzcan al partido. Es enfermizo este asunto, porque a esta bipolar actitud del lote, hay que sumar el dato caníbal, aquel que confirma que la idea de este grupo es afectar precisamente a aquellos que, si bien a contra pelo en un principio pero con disciplina y lealtad al final, apoyaron a Eduardo Frei y que pese a la derrota de enero, fueron los menos dañados ante la opinión pública.
Intenté hablar con el médico veterinario (Pepe Auth) sobre esta historia. Lo llamé, le envié correo electrónico... nada. No hubo respuesta. Incluso le dije al otro médico, el de humanos (Guido Girardi), que quería contactarlo. Tampoco hubo respuesta. ¿Cómo explicar entonces el canibalismo del lote?. ¿Qué es lo que defienden con tanto celo si ya no están en el Gobierno y su influencia real es insignificante?.
Cosa muy distinta fue cuando llamé a la Carolina. Llegué al Tavelli del Drugstore a las 11:50 horas, ella a las 11:58. ¿Quieres algo?... una bebida.
Está enojada porque el ratón de su celular anda para el gato. Es miércoles y está de cumpleaños. No dije nada al respecto, de roto nada más y es que quería entrar de inmediato al tema. A ver si tenía suerte y derribaba algunos mitos que pululan por ahí.
¿Es Guido Girardi el Vito Corleone del PPD?.
- (Se ríe) Lo que ocurre es que Guido se mueve mucho. Va para allá, para acá, busca gente, se involucra en muchos asuntos. Pero cuándo algo lo incomoda, te lo hace saber.
¿Existe el girardismo?.
- No como una tendencia. Por ejemplo, en el PS hay distintas corrientes. Las grandes alamedas, el tercerismo, los renovados. En la DC puedes distinguir entre chacones, guatones, colorines. Eso no existe en el PPD.
Te lo pregunto porque ellos están empecinados en colgarte el cartel de laguista. Como si eso fuera una enfermedad, un pecado insoportable.
- (Vuelve a reír). A ver, a mi no me manda Lagos. Lo que pasa es que yo fui fundadora del PPD junto a Ricardo Lagos y muchos otros. Muchos de ellos han manifestado que apoyan esta candidatura y eso les molesta. Me llama la atención que quieran manchar con descalificaciones la campaña. La política es algo mucho más grande que eso. Nosotros estamos por sumar, sentarnos a la mesa a debatir ideas, como ya lo hemos hecho en el pasado.
¿Ejemplo?.
- Cuando se sentaban a la mesa Clodomiro Almeyda y Patricio Aylwin se llegaba a acuerdos, el país veía con claridad a esos líderes, que pese a las diferencias, éramos capaces de llegar a consensos positivos, con futuro. Hoy nos sentamos a la mesa y no pasa nada. Eso tiene que cambiar. No sólo por el bien del PPD, de la Concertación, sino por el bien del país.
¿Quiénes sería los símiles de Almeyda y Aylwin hoy?.
- No hay símiles. Por eso aceptamos este desafío. Lamentablemente algunos líderes están más preocupados de defender sus intereses particulares que de buscar lo mejor para el colectivo.
Dicen que el lote tiene toda una maquinaria armada que evitará que ganes. ¿No se supone que la influencia de Girardi se debilitó al perder el Gobierno?.
- Si, hay algo de eso, pero asimismo, hay muchos militantes y dirigentes que aún habiendo firmado cartas de apoyo a Pepe, hoy están por darle un giro a las cosas. Están con nosotros porque entienden que si queremos volver a ganar, debemos democratizar nuestros procedimientos. Velar por la transparencia.
¿Te sientes la Playboy del PPD?. Es decir, ¿aquella que muchos compran, pero pocos se atreven a confesarlo?.
- (Más risas). Es una forma de verlo. Pero si. Hay mucha gente que nos ha manifestado su apoyo sin hacerlo público.
La conversa está entretenida. A esa altura ya nos han interrumpido 12 personas. Todas para saludarla. Sabía que debía eximirla, pero no podía terminar el cafecito sin saber si compartía aquello de que su candidatura es más testimonial que competitiva.
- Estás loco. Tenemos la fuerza, las ideas y el apoyo para conducir esta nueva etapa. No te confundas. Están muy preocupados y Pepe se presenta sólo porque no quieren que lideremos los cambios. Entre nosotros no hay grandes diferencias ideológicas, las diferencias se notan en lo práctico, en que ellos dicen ser progresistas cuando lo único que quieren es dejar las cosas como están.
Arriesgada la movida de Tohá, porque Girardi y sus boys tienen un plan B. Si les va mal, ya tienen encaminado el asunto para desembarcar con camas y petacas en el partido de Enríquez-Ominami. No le pregunté, pero me quedé con la sensación de que sin importar que ocurra, la Carolina Tohá igual planea conducir los cambios.
En fin, si bien no comulgo con las ideas progresistas, no puedo negar que me encantaría ver a la oposición de pie nuevamente. El vacío que han dejado después de la elección de enero es, a mi juicio, más peligrosa. La democracia, como el fútbol, no se construye con un solo equipo.
Mismo dilema viven las demás tiendas de la Concertación. Ricardo Lagos Weber recuerda la silbatina del estadio nacional. Otros se resisten a la renovación a punta de adjetivos. ¿Sustantivos?, uffff, escasos. Y es que hay tan pocos argumentos de peso dando vueltas en el aire, que no se entiende la sorpresa de muchos al ver que en el Congreso se agarran a garabatos. Si para muchos no les queda otra pues. Deberían estar agradecidos de que pese a todo, aún hay personas con capacidad de compromiso.
Ya veremos cuántos militantes del PPD estarán dispuestos ( y en condiciones) de ir a votar después del partido que Chile disputará en Sudáfrica el día anterior. Lindo desafío, mientras... oiga, que rico es tomar café.