La mujer es como nuestra bandera, linda, pulcra, capacitada y respetable.
Por la existencia de “algunas” mujeres que demuestran escasas sotes de inteligencia y capacidad sería injusto intentar “etiquetar” al genero como de “tontas”, asía como la falta de conocimientos que exhiben algunas no nos puede llevar a considerar que con ignorante o la escasez de visión que exhibe alguna autoridad no nos puede conducir a concluir que tienen dificultades para conformar equipos o para seleccionar personal calificado para distintas posiciones en la vida.
Nosotros tenemos un alto concepto de las mujeres en general, aunque como se ha podido constatar tenemos una mala opinión de algunas que han accedido a los cargos más altos de la administración republicana. Las consideramos capaces, valerosas, luchadoras, entregadas, trabajadoras, dedicadas a la familia, de un patriotismo a toda prueba, de valores profundos, de una inquietud intelectual que nos quisiéramos la mayoría de los hombres.
Estas consideraciones, que sacamos desde el fondo de nuestras almas, nos llevan a pensar en lo injusto que resulta ver que dada la escasa opinión positiva que existe sobre la Presidente Michelle Bachelet, y sobre parte del equipo de féminas que la acompaña en la aventura de destruir el país, exista la posibilidad que algunos puedan pretender poner a todas las representantes del sexo femenino en una misma bolsa, un poco despectiva, en la que ponen a las nombradas.
Desde los inicios de nuestra vida nacional hemos tenido mujeres grandiosas como Fresia, Javiera Carrera, la mítica, aunque personaje de novela, Leonora Latorre, Gabriela Mistral, entre muchas otras que injustamente por falta de memoria o espacio no consignamos, que nos han dado verdaderas lecciones de arrojo, patriotismo y capacidades intelectuales que deben hacer ponerse verdes a los representantes de ese machismo troglodita del que algunos hacen gala.
Que Bachelet haya realizado una mala gestión, a pesar de tenerlo todo para hacer una administración de lujo, no debe estigmatizar a las mujeres en la política, las que con sus afanes de justicia y sexto sentido racionalista tienen mucho que aportar al desarrollo de nuestra Nación, a la recuperación de una senda de desarrollo estable y por sobre todo a la instauración de una Justicia decente para todos los ciudadanos que han tenido el privilegio de nacer en esta tierra.
La mujer es la representación vivida de nuestra bandera, hermosa, dúctil, inclusiva. amorosa y que identifica todos los valores morales de nuestra Patria, es el sostén de la familia y el motor que mueve las causas mas representativas de los mejores sentimientos de nuestro pueblo. La mujer chilena, esa leona que defiende a su prole, es sin duda el representativo máximo de las cualidades de nuestra raza, orgullosamente mestiza de españoles y de los grupos étnicos ancestrales del país.
No desvaloricemos a nuestras nobles mujeres por un puñado, bastante pequeño, que nos atreveríamos a calificar de insignificante, que ha dado nuestras de tener el alma ennegrecida por los odios, que ha demostrado una discapacidad intelectual sorprendente, una falta de solidaridad impresionante con las necesidades populares y por sobre todo unos oídos sordos a la voz del pueblo que clama por las soluciones que ellas mismas prometieron a los problemas que agobian a la ciudadanía,