miércoles, julio 30, 2014

Última oportunidad para la DC, por Gonzalo Rojas Sánchez.






Última oportunidad para la DC,
por Gonzalo Rojas Sánchez.


La Democracia Cristiana vuela a ciegas. Busca y busca un lugar donde aterrizar, pero no lo encuentra. Hay mucha niebla en la coalición de la que forma parte; no hay claridad.


Pero en los próximos días podría abrirse un boquete que le permita tocar tierra. No será mérito del piloto, sino puramente de las circunstancias en que le toca volar. Hasta ahora se habla de matices, pero dentro de poco será cuestión de vida o muerte. Ya lo dijo Ignacio Walker: "Cualquier intento hegemónico al interior de la Nueva Mayoría constituye un error estratégico de gran magnitud, que pone en riesgo el proyecto común."


El frente de agrupaciones que integra la DC está tensado al máximo. La fuerza centrífuga más intensa viene desde fuera: es el tirón permanente que ejercen los grupos de anarquistas y autónomos sobre el PC, animándolo a quejarse de la lentitud con que avanza el Gobierno Bachelet; los comunistas se molestan públicamente y su presión tironea entonces a los socialistas, quienes no quieren aparecer menos comprometidos con el Estatismo que sus antiguos aliados del 70-73; a continuación, el PPD y los radicales se ven empujados también hacia las declaraciones rimbombantes, incluso grotescas. Cada semana, Quintana da el tono de la desmesura.


Dentro de esa vorágine está metido el Ministro Eyzaguirre. En la delgada línea roja que integran las izquierdas bacheletistas, él es el punto más débil del frente. Lo tironean todos y, por cierto, él contribuye al desorden. Ahí se va a producir la ruptura, ahí está el espacio donde la DC puede aterrizar.


No hace ninguna falta que el PDC le dé un empujoncito al Ministro, porque su cargo ya es una pera madura. Lo importante es que los democratacristianos se preparen para ocupar el espacio que tanto deseaban al comenzar el Gobierno y que les fue negado. No salían en la foto de Educación: de eso se quejaba Walker. Ahora se acerca el momento en que deberán exigir que los flashes se enfoquen en un Ministro falangista, futuro titular de la cartera que Eyzaguirre dejará vacante.


No va a ser fácil, porque aunque nadie quiera Educación, todos querrán conservar cuotas de poder; será la última oportunidad que esta buena gente tendrá de hacer algo realmente consecuente con su visión de la persona humana.


En la reforma tributaria, en la reforma electoral, e incluso en la eventual reforma Constitucional, los democristianos se han movido y se moverán solo por necesidades electorales: cuidar votos. Pragmáticos en lo cuantitativo, es de esperar que en Educación apliquen criterios algo más sustanciales y exijan un espacio para concretar algo de todo lo bueno que ya han ido manifestando en contra de las absurdas proposiciones reformistas. En esta materia, en la libertad de los padres para educar a sus hijos, los DC se juegan gran parte de su credibilidad como humanistas cristianos. ¿A quién miran los pastores de todas las denominaciones cristianas sino a ellos para esperar una respuesta consecuente?


Además, la Democracia Cristiana sabe que RN y la UDI han activado sus contactos con las organizaciones de educadores y de padres y apoderados, y que le han tomado una considerable ventaja en la defensa de la libertad. Así tenía que ser, obviamente, porque el PDC suele quedar inicialmente paralizado por los gases del síndrome socialista; pero cuando ve que la nube tóxica invade su propio organismo, termina reaccionando. Remember el Once.


La salida del Ministro Eyzaguirre es la oportunidad que la DC tendrá de aterrizar, al encontrar un boquete en medio de la niebla. Pero para hacerlo con éxito tendrá que ser muy cauta y dejar que la pera madure, mientras susurra por lo bajo: Y caerá, caerá, caerá...

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