BARRABÁS, HITLER, CHÁVEZ y MUJICA,
VOTOS Y PILATOS MEDIANTE.
Sigo procurando que la razón prive ante la emoción. Aspiro a que la racionalidad y la voluntad gobiernen la emotividad. Pretendo que razón y sentimiento confluyan en armonía para rescatar la verdad mancillada y desenmascarar la mentira disfrazada con ropajes de falsa y demagógica moderación.
Hace poco más de dos mil años, la muchedumbre también optó por un criminal. Una multitud prefirió a Barrabás, el más peligroso de los criminales, antes que al Inocente. Esa turba fanatizada, persuadida por sacerdotes, optó por lo peor rechazando La Inocencia por excelencia. Favoreció a quien había cometido graves delitos de sedición, asesinatos y robos. Prefirió a quien había sido cabecilla de una insurrección y líder de una revolución cruenta. Estoy refiriéndome a Barrabás, aunque comprendo que, por las analogías que saltan a la vista o rompen los ojos, usted y yo pensemos en Mujica.
Considerado una especie de héroe popular, Barrabás fue elegido y beneficiado por la muchedumbre que terminó cometiendo el crimen más atroz de la Historia.
Poncio Pilatos, lavado de manos, tibieza y entreguismo.
No se entendería la concreción de este fenómeno infinitamente perverso sin el papel cumplido por Poncio Pilatos. En efecto, en aquella época, como en todos los tiempos, hasta nuestros días, ¡cuántos se lavan las manos y posibilitan las peores injusticias!
¡Cuántos tibios, cuántos colaboracionistas y entreguistas! Estoy pensando en líderes políticos, en la dirigencia empresarial, en la jerarquía eclesiástica, en la cúpula militar, en los mass-media, en los artífices del proselitismo a través del sistema educativo, etc. Pero, en fin, volvamos a la preferencia de las mayorías fluctuantes, a las opciones hechas por multitudes, a los votos y a los Pilatos…
Socialismo hitleriano, sufragio y psicopolítica.
Más cercano a nuestros días, también hubo votos abundantes para catapultar a otro monstruo, socialista también, llamado Hitler. Votos arrancados mediante la manipulación emotiva y el ocultamiento de ideas.
También Hitler estuvo preso unos años hasta que, también, fue beneficiado y puesto en libertad. (Estoy utilizando recurrentemente el término “también” para facilitar al lector el hallazgo de más y más analogías).
Hitler también salió fortalecido de la cárcel. Es curioso: parecen tiempos de prisión que favorecen al delincuente. Es como si los carceleros, en vez de neutralizarlo o eliminarlo, hubiesen querido asegurarle un “retorno heroico”.
Después de fracasar en la inicial vía cruenta, Hitler también recorrió el camino legal para tomar el poder. Fabricó un partido político de masas y sedujo a burgueses y a innumerables obreros. Primero llegó a cosechar cerca de un millón de votos y poco después trepó nada menos que a seis millones. Más tarde consiguió catorce millones de votos y obtuvo la mayoría del Reichstag.
Luego conquistó más y más votos todavía: 17 millones y maniobró para tener la mayoría absoluta en el Reichstag rumbo al poder ilimitado. Sobre unos 44 millones de votos, llegó a lograr más de 38 millones. Fue elegido Presidente, además de Canciller.
Como puede verse, al comienzo, Hitler no fue un tirano que se impuso a la fuerza sino que fue nombrado legítimamente canciller del Reich y terminó convertido en el jefe de estado quizás más popular del mundo. Más tarde, sí se pudo ver qué tipo de monstruo había emergido de la preferencia electoral inicial.
Véase hacia qué abismos puede conducir el sufragio universal. ¡Si será necesario prever mecanismos para salvaguardar la democracia frente a las maniobras de quienes utilizan las libertades -y el propio sufragio- que la democracia ofrece para aniquilarla definitivamente!
Militares y las 30 monedas.
Hitler también estuvo convencido que el ejército obedecería a quien estuviese en el poder. (Es imposible dejar de recordar a los uniformados que hoy generan repugnancia al jurar “socialismo o muerte” y a los que, por estas latitudes, ya pueden estar disponiéndose a cobrar sus treinta monedas, ascensos, cargos, prebendas. La vida de sus camaradas asesinados o de los actualmente presos y extraditados nunca les importó demasiado.)
Todo esto confirma que, para poder calificar como democrático a un gobierno, no basta mirar su origen y ver si hubo o no votos suficientes. Habrá que verificar si esos votos resultaron de adhesiones voluntarias basadas en información veraz o si, por el contrario, fueron resultado de manipulaciones mentirosas, engañosas, demagógicas e hipócritas.
Es indispensable, además, observar cómo se ejerce ese gobierno, es decir: habrá que revisar si derechos y libertades fundamentales han sido garantizados o conculcados. Será necesario discernir si el Estado invadió o no el campo de actividad libre que legítimamente pertenece a los particulares. Y en tal sentido, hay un derecho esencial que es clave y sirve de termómetro infalible: es el derecho de propiedad.
Chávez: votos, fraude y dictadura con barniz democrático.
Más recientemente, otros votos encumbraron al siniestro Chávez quien luego, atropellando derechos y libertades, se las ingenia para imponerse autocráticamente mediante fraudes de todo tipo. Así tenemos hoy un régimen dictatorial con barniz democrático.
Es previsible que Mujica siga el rumbo de Chávez, caminando hacia el castrochavismo, pero vía Lula, haciendo escalas técnicas en teatralizaciones de moderación. Terrorismo travestido de negociación.
Como puede verse, en esto de usar el sufragio y las libertades que ofrece la democracia, Mujica está lejos de ser pionero. Otros le precedieron y le enseñaron el camino. Por ello, no es la primera vez que aparece una mayoría circunstancial para respaldar errores y horrores que irán viéndose con mayor claridad –en su creciente gravedad- a medida que el tiempo corra. Todo ello, en este caso, para desgracia de medio país que supo resistir y se negó a darle su voto, y también de aquellos que cayeron en las redes tramposas de la demagogia populista que terminará siendo totalitaria y liberticida.
Seguiremos viendo el gran show de las componendas y negociaciones para que los Pilatos de hoy le faciliten las cosas a Barrabás Mujica Emiliano Mones Morelli.
Mientras eso ocurre, yo sigo decidido a oponerme y resistir.
Y usted, ¿se opondrá o negociará?, ¿se entregará o resistirá?
Prof. Alexander TORRES MEGA, Uruguay.