TEMAS DE HOY El invitado de piedra Esta semana se complicaron aún más las ya desgastadas relaciones con Perú. A la inconsulta y unilateral decisión del vecino del norte de definir su límite marítimo en territorio chileno se sumó el imprevisto y sorpresivo arribo al país del ex presidente peruano Alberto Fujimori. Si la falta de previsión del Ejecutivo chileno fue notoria en el tema de la defensa de la soberanía nacional, la llegada de Fujimori sorprendió aún más a las autoridades nacionales. Tal como lo señaló el diputado Jorge Ulloa, “la Agencia Nacional de Inteligencia reprobó su examen”, pues no aportó ningún antecedente al poder gubernamental para impedir que el mandatario peruano usara nuestro país como plataforma político electoral de las futuras elecciones presidenciales de su país. Nuevamente, el gobierno se enfrenta a un factor externo que promete influir en el escenario político local. Y es justamente el candidato presidencial de Renovación Nacional, Sebastián Piñera, quien ha cuestionado al gobierno y a la abanderada del oficialismo, Michelle Bachelet. El empresario le puso etiqueta de ignorante a la ex ministra por señalar que Fujimori debió ser retenido en el aeropuerto, a la vez que cuestionó el papel de Investigaciones, en circunstancias que el Ejecutivo había defendido la labor de la policía civil. Sin embargo, en una inexplicable actitud, el gobierno cambió su apreciación sobre Investigaciones y anunció un sumario y sanciones para quienes permitieron ingresar al país al ex mandatario peruano. Grietas del equipo político La reacción de los candidatos presidenciales aliancistas frente al hecho descrito fue reclamar por las sanciones aplicadas a funcionarios subalternos que poco y nada pudieron hacer para evitar el impasse diplomático en que se encuentra Chile. Tanto Piñera como Lavín pidieron la renuncia del ministro del Interior, Francisco Vidal, quien asumió su responsabilidad política por el episodio, pero señaló que su cargo depende de la confianza del presidente Lagos, quien se la ha ratificado. Con todo, la aparente solidez del gobierno, en razón de la popularidad del Jefe de Estado, parece ser un débil barniz a la hora de enfrentar crisis. En la práctica, las borrascosas relaciones con Perú recordaron los errores y omisiones que mostró el actual equipo político en las primeras semanas de su conformación. Las debilidades del Ejecutivo han repercutido en la candidatura de Bachelet, la que se vio obligada a emitir juicios que la alinearon en la perspectiva de la posición de algunos dirigentes socialistas, quienes han exigido al gobierno acciones que escapan de lo previsto en nuestro ordenamiento jurídico. Las desinteligencias del Ejecutivo también tuvieron efectos en la oposición, al punto que Sebastián Piñera se “lavinizó”, en el sentido que asumió una postura crítica que hasta el minuto no había mostrado, con cuestionamientos directos a la ex ministra de Salud y al Ejecutivo. Predicciones de Barrueto Pero no sólo la situación con Perú fue una mala noticia para el gobierno y su abanderada presidencial esta semana, sino también las declaraciones del diputado por Talcahuano y presidente del PPD, Víctor Barrueto, quien aportó otros dolores de cabeza al oficialismo. Barrueto señaló que en la eventualidad de una segunda vuelta, Bachelet podría perder y que la derecha que hoy se encuentra dividida perfectamente se podría levantar y dar una sorpresa. Las opiniones del timonel del PPD representan el primer reconocimiento público de un alto dirigente concertacionista sobre las dificultades por las que atraviesa la candidatura de la ex secretaria de Estado. Y aunque sus palabras fueron desestimadas por Bachelet y cuestionadas por otros dirigentes del bloque, lo concreto es que el diputado por Talcahuano se ha caracterizado por sincerar algunas materias sensibles para el oficialismo, como aquella vez que propuso refundar la Concertación cuando el gobierno atravesaba uno de los peores momentos producto de las acusaciones de corrupción. Y, presumiblemente, Barrueto tiene una buena aproximación a la situación que enfrenta Bachelet, porque él, más que otros parlamentarios, tiene conciencia de algunos efectos sociales en su distrito producto de algunas decisiones de la abanderada oficialista cuando fue titular de Defensa. La negativa de aplicar el Plan Tridente, que tanto Barrueto como Escalona y Ulloa apoyaron con fuerza y decisión, suponía la construcción de varias fragatas para la Armada de Chile. La opción de comprar buques usados impidió la creación de 6.500 puestos de trabajo directos, y otros doce mil indirectos a las labores de los astilleros de Asmar. Tal decisión explica, en parte, que Talcahuano posea el triste récord de ser la segunda comuna de Chile en cesantía y que la región se mantenga como una de las con más bajo crecimiento económico. Si el gobierno hubiese aprobado este proyecto, Talcahuano tendría resuelto parte importante de sus problemas sociales y económicos, y el país habría contado con un poder disuasivo mayor que el actual. De ahí que las opiniones de Barrueto, otrora miembro del equipo regionalista “Los Federales”, tengan algún fundamento mayor que el simple resultado de las últimas encuestas, las que marcan una tendencia a la baja de la ex ministra de Salud y Defensa para sostener que, en materia presidencial, no se ha configurado con claridad el perfil de una carrera ganada. Comentario : A trabajar, solo así nos liberaremos de la concertación y su incapacidad.....quedan solo 27 días (hoy Domingo) |
domingo, noviembre 13, 2005
Preste atención.......
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1 comentario:
No sabía que Barrueto y Escalona habían apoyado tan resueltamente el Plan Tridente. Habla bien de ellos.
Y efectivamente, no sólo reprobó la ANI por lo de Fujimori, sino también la Bachelet por su gestión como ministra de defensa, por haber debilitado nuestra capacidad de disuasión.
Saludos
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