Para personas con formación democrática y valores de respeto, es difícil comprender la intransigencia “violenta” que ha tenido el oficialismo ante la “suspensión” de su cargo de la Ministro Provoste, siendo, además mucho mas incomprensible el intento por descalificar a los enjuiciadores de la Cámara de Diputados.
Parece que definitivamente se quiere consagrar ese mundo al revés del que tanto hemos reclamado, pues están haciendo aparecer como “malos” a aquellos que solo han cumplido con su función legal y constitucional de fiscalizar los actos de la administración del Estado.
Pareciera que las irregularidades ocurridas en la secretaría de Estado no tienen responsables, al menos entre la gente importante, y que al igual que en todos los escándalos de la concertación quieren que la cuenta la paguen solo un par de “ratones de cola pelada”, mientras los de “confianza” siguen tranquilos.
La lucha contra la corrupción, que es una necesidad tanto por la existencia misma del país como por las serias trabas que impone al desarrollo es sin duda alguna una tarea de todos, pero que resulta imposible si en Ejecutivo y el Legislativo no tienen la voluntad de ganar esa batalla.
Aunque a muchos no les guste, la única manera de triunfar es transparentándolo todo, es decir terminar con el secretismo enfermante que afecta a nuestros gobernantes, leyes claras y duras, autoridades que muestren las situaciones y no las escondan, sanciones durísimas a los infractores.
Sin duda alguna no es una tarea fácil, pues además de los compadrazgos creados tras casi un quinto de siglo en el poder, es necesario lidiar con un enemigo extra, esas lealtades mal entendidas que pretenden “apoyar” al “camarada o compañero” que ha sobrepasado los límites de la ética y la moral.
Hasta el momento las señales de permisivismo que se han dado no son precisamente un signo alentador, por eso confiamos en que este “golpe de timón” de la Cámara sirva para notificar a la corrupción que no es bien vista en el país y que quienes la practiquen deberán pagar por ello.
Otra mala señal ha sido la defensa que ha hecho el ex Presidente Ricardo Lagos de la sancionada Ministro, en la que afirmó que el fallo era una “vergüenza”. Nosotros pensamos que el Estafista, aunque su publicidad quiera mostrarlo como estadista, haría un favor a Chile quedándose callado.
Nota de la Redacción:
Corrupción son muchas cosas, recordaremos solo algunas para comenzar a destapar las ollas. Corrupto es sin duda el que roba, así como el que deja robar y también aquel que los protege. Pero son igualmente corruptos aquellos que aceptan cargos para los que no están calificados, obviamente los que los nombran también lo son. Son corrompidos aquellos que no realizan sus funciones, o las hacen mal, o aquellos que necesitan de “dadivas” para incentivarse, generalmente beneficiando a si “mecenas”. Pero sin lugar a dudas es corrupto aquel que corrompe a otro, ese que quiere ganar “pegas” con pititos, ese que paga salarios de hambre o aquel que se “embolsica” las leyes sociales o los tributos recaudados. Una manera despreciable de esta vil conducta es la demagogia que se ha evidenciado en todos los ofertones con que han llegado al poder. Corrupción es manipular las cifras, sean estas de desempleo, inflación, crecimiento etc.
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