martes, abril 08, 2008

Democracia (δημοκρατία) (¿?)



Democracia (δημοκρατία) (¿?)
















Curiosa democracia la chilena.
Si un tribunal resuelve según la idea del oficialismo hay que respetar esos fallos, pues criticarlos significa poner en riesgo la institucionalidad “que tanto nos ha costado construir”.
Pero si la resolución les es adversa, entonces es lícito amenazar con destituciones, organizar marchas de protesta y emplear destempladamente la maquinaria comunicacional en contra de quienes osaron decidir contrariamente a sus intereses.

Miguel Ángel Vergara Villalobos, Universidad Andrés Bello


La nota que encabeza estas letras debiera hacernos meditar profundamente sobre la “amoralidad” de quienes han logrado “auparse” en el poder de nuestra Patria, la manera mentirosa, casi mafiosa, con que manejan los argumentos en beneficio de su grupo y el desprecio que demuestran por las capacidades de la ciudadanía.

Todo lo que “refunfuña”, con esa mezcla ridícula de furia y soberbia”, el Ministro Francisco Vidal Salinas, con argumentos aparentemente sólidos, mañana, ante una situación semejante, pero de signo contrario, simplemente se dará vuelta la chaqueta y continuará como si nada pasara.

Creemos que la autoridad, en especial estos funcionarios “designados”, no tienen derecho a mirar tan despectivamente a la ciudadanía, mucho menos mirarles en menos al considerar que cualesquier explicación que den debe ser aceptada como correcta, no somos tan safios, en todo caso somos sus jefes.

Estos funcionarios, generosamente pagados con el enorme sacrificio de nuestro pueblo, parecen no haber entendido sus funciones “secretariales” o a lo más de asesores de la Mandatario, en caso alguno nadie les ha designado como catones de la moralidad ni como campaniles de las verdades.

Vidal, Viera.Gallo, Bitar, la misma Provoste o Pérez Yoma, deben entender que sus roles son sumamente secundarios, que nadie les ha elegido para nada, y que ya nos estamos aburriendo de su altanería insoportable, de su prepotencia abusiva y de su permanente incapacidad para las cosas útiles.

De rebote, les recordamos que su jefa, es decir la persona que les designó, no ganó las elecciones por ser la mejor candidato, sino que como el resultado evidente de una intervención electoral monstruosa y el desvío masivo de fondos públicos a los partidos que la apoyaban.

Lo anterior, que obviamente es la antítesis de la democracia, inhabilita muchas de las explicaciones de legitimidad de una administración a la que sus actos, u omisiones, simplemente ilegalizan. Curioso, padecen de la misma enfermedad que el allendismo, llegada semi-legal, praxis ilegal.

Creemos que si los estudiosos de la democracia, desde sus inicios atenienses, intentaran asimilar a nuestros gobernantes con gente que siguiera esta corriente, solamente llegarían a la conclusión de que un pequeño país llamado Chile, en el extremo sur de América, está gobernado por un hato de totalitarios.

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