lunes, mayo 05, 2008

Más hechos, menos palabrería.

Imagen tomada de www.ergocomics.cl/

Nuestros gobernantes son expertos en chutear la pelota para el otro lado de la cancha o simplemente para “reventarla” tirándola lejos del campo de juego. Así vimos la “explicación” del Ministro Vidal culpando a la prensa y en especifico a un canal de televisión de provocar la delincuencia con el énfasis que ponían en las noticias de este tipo.

Lo primero que se nos vino a la mente fue ese recuerdo histórico de los romanos matando al mensajero porque les disgustaba el mensaje, pensamos que el “brillante” Ministro debe dejar de tratar de lucirse con juegos de palabras, con los que intenta demostrar ser más inteligente que el resto, nuestro pueblo “Panchito” es menos tonto de lo que cree.

Usando el mecanismo “intelectual” del Ministro debemos deducir que los medios son los culpables de la existencia de una gran cantidad de abortos ilegales, exculpando por cierto a aquellos que han banalizado el sexo y que han llegado, incluso, a los despropósitos de repartir condones a los niños o disponer la píldora asesina para menores de edad.

Con las peregrinas ideas del totalitario Ministro deberemos esperar que la censura comience a prohibir los programas infantiles japoneses porque si esta comprobado que fomentan la violencia, promueven los ataques a la policía y desvalorizan la vida humana, penetrando en las mentes en formación de nuestros pequeños infantes, metiéndoles valores “extraños”.

Hay evidencias claras de que la sobre-exposición de informaciones sobre algún tema, en especial la violencia o la criminalidad, cumplen un rol diametralmente opuesto al que supone el Secretario de Estado, pues el verlos de manera cotidiana los va “normalizando” con lo que dejan de causar impacto de alguna especia en la sociedad que es “bombardeada” con esta información.

Pensamos que ya es hora de exigir a las Autoridades un trato digno, el trato que corresponde a ciudadanos, y que se nos informe con verdad y oportunidad de lo que esta sucediendo en el país. No son aceptables ni las elucubraciones mulas de Vidal no tampoco las engañosas palabras de un Cortazar. Chile ya no quiere palabrería ahora solo queremos que nos muestren hechos.