Vidal de nuevo……
Nos hemos referido de manera permanente al “parlanchín” Ministro Francisco Vidal, a sus palabras y a los permanentes emplazamientos que está haciendo a todo el mundo. Ahora, ayer, emplazó a Sebastián Piñera a “demostrar” sus capacidades de liderazgo en la Alianza.
El primer comentario sobre esta “niñería” es el de no saber si es un mal chiste del “camaleónico” Secretario de Estado, con el que quiere hacernos reír, o es la demostración palpable de la “burbuja” en que se han encapsulado los actuales ocupantes de La Moneda.
Para hacer este tipo de emplazamientos un debe estar situado en posiciones de liderazgo, de las que ciertamente esta muy lejos el “vocero” o pertenecer a un Gobierno en el que la cabeza ostente esta característica, que por más que la promocionan no vemos en la Presidente.
No sabemos si alguna vez el “charlatán” Vidal ha practicado en la carrera docente que estudió, lo que si podemos asegurar es que carece en lo absoluto de capacidades “didácticas” y que su prepotencia es recordatoria de tiempos demasiado pretéritos, no se puede actuar hoy con esa “facha” de dueño de fundo.
El Señor Secretario de Estado parece no darse cuenta de que el es un funcionario “designado”, que a él nadie le ha elegido ni para que de clases a los chilenos ni tampoco para que pretenda imponernos las peculiares maneras de mirar el país de los Gobernantes.
Una pequeña dosis de humildad le haría bien al Ministro, pero lo que le haría mejor es bajarse del pedestal, en el que se ha auto-colocado, y salir a auscultar lo que piensa la gente de sus cada vez más desagradables intervenciones. Mírenle el gesto “despectivo” con que se dirige a sus “adversarios”.
Chile ya tiene serios problemas de convivencia, básicamente por las injusticias que ha institucionalizado la concertación, la prédica de odiosidades no contribuye precisamente a lograr ambientes de entendimiento o a llevarnos a la necesaria unidad nacional.
El pueblo ya no quiere seguir siendo “engatusado” por palabrería, aunque esta esté muy azucarada, lo que necesitamos son acciones y obras de verdad. Menos Palabras y más hechos, pues la carencia de estos últimos no se puede reemplazar por “fuegos de artificio”
Nos hemos referido de manera permanente al “parlanchín” Ministro Francisco Vidal, a sus palabras y a los permanentes emplazamientos que está haciendo a todo el mundo. Ahora, ayer, emplazó a Sebastián Piñera a “demostrar” sus capacidades de liderazgo en la Alianza.
El primer comentario sobre esta “niñería” es el de no saber si es un mal chiste del “camaleónico” Secretario de Estado, con el que quiere hacernos reír, o es la demostración palpable de la “burbuja” en que se han encapsulado los actuales ocupantes de La Moneda.
Para hacer este tipo de emplazamientos un debe estar situado en posiciones de liderazgo, de las que ciertamente esta muy lejos el “vocero” o pertenecer a un Gobierno en el que la cabeza ostente esta característica, que por más que la promocionan no vemos en la Presidente.
No sabemos si alguna vez el “charlatán” Vidal ha practicado en la carrera docente que estudió, lo que si podemos asegurar es que carece en lo absoluto de capacidades “didácticas” y que su prepotencia es recordatoria de tiempos demasiado pretéritos, no se puede actuar hoy con esa “facha” de dueño de fundo.
El Señor Secretario de Estado parece no darse cuenta de que el es un funcionario “designado”, que a él nadie le ha elegido ni para que de clases a los chilenos ni tampoco para que pretenda imponernos las peculiares maneras de mirar el país de los Gobernantes.
Una pequeña dosis de humildad le haría bien al Ministro, pero lo que le haría mejor es bajarse del pedestal, en el que se ha auto-colocado, y salir a auscultar lo que piensa la gente de sus cada vez más desagradables intervenciones. Mírenle el gesto “despectivo” con que se dirige a sus “adversarios”.
Chile ya tiene serios problemas de convivencia, básicamente por las injusticias que ha institucionalizado la concertación, la prédica de odiosidades no contribuye precisamente a lograr ambientes de entendimiento o a llevarnos a la necesaria unidad nacional.
El pueblo ya no quiere seguir siendo “engatusado” por palabrería, aunque esta esté muy azucarada, lo que necesitamos son acciones y obras de verdad. Menos Palabras y más hechos, pues la carencia de estos últimos no se puede reemplazar por “fuegos de artificio”