domingo, marzo 16, 2008

Corrupción: cáncer con metástasis....


Otra vez en la educación.....

A pesar de las declaraciones “tranquilizadoras” de nuestras autoridades, sobre el estado de la moralidad en la administración pública y del discurso que se escucha a casi todos los políticos advirtiendo que el país está sano y no gangrenado por el avance de la corrupción, los hechos, porfiados, insisten en demostrar lo contrario, lamentablemente, afectando nuevamente al MINEDUC.
La policía de Investigaciones, Brigada de Delitos Económicos, decomisó 607 unidades de libros de enseñanza editados por el Ministerio de Educación, destinados a ser distribuidos gratuitamente en los colegios subvencionados y públicos, que se encontraban a la “venta” en dos librerías de la austral Punta Arenas. La policía afirmó que ya se habían comercializado 50 textos.
Los textos escolares tienen explícitamente indicado el logotipo del Ministerio de Educación y una leyenda que advierte que la venta de esos libros está prohibida. Los dueños de las tiendas que ofrecían estos volúmenes fueron citados al tribunal de garantía por trasgresión a la Ley de Propiedad Intelectual e Industrial, aunque nosotros creemos que además se tipifican otros ilícitos.
Sin duda algo sigue oliendo mal en el Ministerio a cargo de la Ministro Yasna Provoste Campillay, como para que a pesar de encontrarse en el ojo del huracán por la situación de las subvenciones aparezca otra situación de corrupción en la que aparece involucrada la secretaría de estado, lo que nos hace pensar que la situación es aún peor que las peores sospechas.

Como hemos sostenido de manera habitual, reiteramos que la corrupción es una enfermedad maligna muy difícil de contrarrestar y de muy fácil esparcimiento, lo que la asemeja a un cáncer con metástasis, no sancionar con dureza las anomalías tiene el mismo efecto que no aplicar las quimioterapias o las radioterapias en los contagiados con el mal tumoral degenerativo.

Todavía estamos a tiempo, se debe apurar los sumarios, sancionar drásticamente a quienes estén involucrados y también a aquellos que por desidia, irresponsabilidad o simple incapacidad no ejercieron las funciones de contraloría que les corresponde. La Ministro al menos debe ser despedida de manera inmediata, sin excusas, no por ser mujer o de clase media, sino por ser corrupta, lo que se demuestra en la aceptación de un cargo para el que no estaba capacitada.

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