miércoles, agosto 22, 2007

Campos, responsabilidades compartidas entre Gobierno y empresas.

Subcontratación agrícola

Está a la vista que los problemas derivados del sistema de subcontratación están amenazando la estabilidad productiva en varios sectores de la economía nacional. En efecto, el sistema aleja o debilita la relación empresa-trabajador, dificulta el diálogo y ambos sectores terminan desinformados de los fines, políticas y objetivos de la contraparte. Dicen las estadísticas actuales que, a nivel nacional, más de la mitad de los trabajadores está bajo este sistema.
Uno de los sectores más afectados por este sistema es el silvoagropecuario, dadas las condiciones de temporalidad de las faenas agrícolas, llámense cosechas y trabajos de packing en la fruta mayoritariamente. El subsector forestal ya ha empezado a emitir también señales en este sentido, donde se han mostrado los más altos niveles de concentración de ingresos.
Y las salidas tradicionales a estas condiciones podrían, lamentablemente, ser factor de desestabilizaciones productivas y desórdenes económicos, sociales y políticos. Es más, la situación recientemente experimentada en la industria del cobre está todavía fresca en nuestra memoria y, al parecer, fue el inicio de movilizaciones, puesto que ya vimos días atrás que en el sector agrícola comenzaron también los levantamientos.
Una salida más inteligente y no deteriorante de nuestro ambiente democrático sería sentarse a la mesa de las reflexiones, con todos los actores involucrados, caracterizando y midiendo el sistema de las subcontrataciones y perfeccionando el modelo con mejoramientos paulatinos y que no detengan los procesos productivos. Esto no se reduce a un ideal, sino que es perfectamente posible de lograr con un marco conceptual que contemple tres aspectos imprescindibles en una visión de largo plazo: primero, si Chile crece, todos deberíamos crecer; segundo, la construcción se realiza entre todos y, tercero, todo se perfecciona dialogando en torno a una mesa igualitaria.
Bajo un concepto empresarial de este tipo, donde los trabajadores se identifican con una empresa que busca también el crecimiento de ellos, se logrará, sin duda alguna, la sustentabilidad de ese modelo. No hay mejor defensor de una determinada empresa que sus propios trabajadores.
Chile lleva ya muchos años de crecimiento continuo y permanente. Sin embargo, este no ha sido con equidad. En el triángulo gobierno-empresa privada-trabajadores, los dos primeros tienen la mayor responsabilidad frente a este problema.
Hugo Ortega T., Director Ingeniería en Agronegocios, Universidad Central.

Tomado de Diario El Sur de Concepción.

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