viernes, enero 27, 2012

Establecimientos Educacionales: La Toma del Estribo, por Fernando Villegas.


Establecimientos Educacionales: La Toma del Estribo,
por Fernando Villegas.

Algunos padres y apoderados -y sus respectivos hijos- necesitan otro año de vociferaciones, pero son un grupo pequeño.


Hubiera podido temerse que tal como las tiendas suelen adelantar la temporada de venta de uniformes escolares mucho antes que terminen las vacaciones, incluso a veces antes que empiecen, la temporada de tomas de establecimientos educacionales se reinauguraría mucho antes del comienzo del año escolar, anunciando muy por adelantado un 2012 muy conflictivo. Y pareció que así sería cuando el jueves en la mañana el Internado Nacional Femenino de Ñuñoa apareció retomado por un grupo de alumnas cuyas matrículas habían sido canceladas.


La toma partió en la madrugada y se verificó siguiendo el procedimiento habitual: un puñado de alumnas acompañadas por un escuadrón de unos 20 o 30 mocetones -¿la cuarta especial del "cordón Ñuñoa"?- entró al recinto sin oposición del veterano caballero a cargo del cuidado del establecimiento. "No voy a estarle pidiendo a un funcionario", explicó el alcalde Sabat, "que oponga resistencia y exponga su integridad física ante un grupo de esa clase".


Pero hasta ahí llegó el parecido con los progresivos, estruendosos, populares, mediáticos y combatientes meses del 2011. El número total de niñas con problemas de matrícula nunca superó las 21. De ellas varias apelaron y recibieron positiva respuesta del consejo de profesores, otras insistirán, unas pocas simplemente irán a otros colegios y a fin de cuentas no más de 12 ingresaron al instituto. Y ahí quedó todo. Más aún, el alcalde recibió, por carta, una petición del centro de padres y apoderados para que desalojara el colegio.


OTROS TIEMPOS
Esta acción no alcanzó entonces ni de lejos los ribetes que pudieron imaginarse en un comienzo. Ni cuantitativa ni cualitativamente se acercó a las tomas del año pasado. Corren otros tiempos y prevalecerán, por tanto, otros discursos, otras epopeyas y otras acciones. Eso ya se adivinaba en los recientes discursos de los dirigentes estudiantiles, quienes, directa o directamente, reconocen que el camino de las tomas, las marchas y las manifestaciones está ya, si no cerrado, muy disminuido. Se adivina también en el ánimo de un par de millones de padres y apoderados, para nada dispuestos a asomarse otra vez a aporrear cacerolas, perder el valor de las matrículas y ver a sus hijos desperdiciar otro año. Tampoco los estudiantes, salvo una minoría irreductible, están para más de lo mismo. Bueno el cilantro, pero no tanto. Hay algunos padres y apoderados -y sus respectivos hijos- que aún no han vaciado su personal  marmita de rencores y necesitan otro año de vociferaciones y manifestaciones, pero son un grupo pequeño, casi sólo de muestra, una reliquia.


…Y OTRO ESCENARIO
Por cierto, no hay garantías. Un grupo pequeño, por minoritario que sea, si está organizado, decidido y cuenta además con el amable apoyo de los medios de prensa, donde hoy abundan los autoproclamados voceros del progresismo, puede hacer mucho estropicio. No se necesitan los mil alumnos de un liceo para tomárselo; basta una docena y el correspondiente escuadrón de ayudistas armados de fierros. Pero de todos modos eso cambia totalmente el cuadro. Tomarse un colegio a fierrazos es una cosa; mantenerlo tomado es otra. Sin apoyo masivo y una opinión solidaria, se condenan rápidamente a sufrir lisa y llanamente la acción policial y de la justicia.


El escenario de 2012 parece entonces ser diferente. Esta breve y minúscula toma del Internado en Ñuñoa tal vez -tal vez- lo demuestra. Aun si se repite en otros lados, el calibre del asunto se nota muy disminuido. Los estudiantes y en especial sus dirigentes tienen la película clara: a base de lo ya ocurrido el 2011, del año perdido, de los dineros desperdiciados, de los proyectos en marcha que han de votarse en el Parlamento y de la simple imposibilidad sicológica de exigir a los estudiantes de Chile otra paralización de gran tamaño, el movimiento debiera verse abocado -debiera- a buscar otras vías para impulsar sus planes y mantenerse vivo.


Todo pareciera indicar entonces que esta fue, la del Internado, la toma del estribo. Pareciera.

Publicado en La Tercera, 27 de enero, 2012.

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