martes, mayo 20, 2008

Chile doble estandar vergonzoso....

Diversas publicaciones, disquisiciones televisivas, alegatos de los políticos han tratado de demostrarnos que el trabajador chileno es "malo", que es de escasa propuctividad y hasta que es pacotillero para la realización de sus funciones.

Creemos que estos acertos llevan implicita una inmensa carga de mala intención,, la prueba de ello es que los trabajadores que salen al extranjeron son generalmente felicitados por sus capacidades laborales.

Pensamos que la productividad y el sacrificio deben ir en relación directa con las condiciones de trabajo, con el trato al que es sometido el dependiente y tambien por el equipamiento con que cuenta para sus labores.

Sale muy facil comparar los resultados de una industria, de cualesquier especie, norteamericana totalmente robotizada con una nacional en la que el "roto"matico es exoplotado hasta caso desfallecer.

El trato, posiblemente no por parte de los dueños o gerentes que no se aparecen, dado por los capataces o jefes de turnos deja mucho que desear, llegando en algunos casos a provocar verguenza a quienes deben obseervar la situación.

En cuenta a las remuneraciones, por Dios, creemos que no hay nada que agregar, si la mayaría del país gana una miserable salario mínimo ascendiente a $144 mil brutos, es decir hay que descontar un 25%

Los aspectos impositivos, nos referimos a los impuestos no a las imposiciones, que tampoco ayudan a los más humildes, pues el hermano tonto, en estado, sin moverse del escritorio se lleva la tajada del leon.

Para graficar de una manera clara la situación, de cada peso que gastan los más humildes, que estan obligados a gastarlo todo en subsistir, el Estado se lleva 20 centavos, es decir de las 100 luqquitas que ud, saca, se lleva 19 mil pesos.

Tenemos un Estado abusador, que se lleva parte importante de las ganancias de las empresas y que además insiste en exprimir a los ciudadanos hasta dejar sin una gola gota de juga y por cierto si posibilidades de distraerse o descansar.

Mientras esto sucede a nivel popular, tenemos ministros, subsecretarios, presidentes, directivos de empresas fiscales, parlamentarios que tienen sueldos dignos de países ricos y sin que sea necesario que demuestren capacidad alguna.


Chile ha establecido el doble estandar como medida normal, al menos entre quienes nos gobiernan y entre los funcionarios del poder Judicial. Se ha transformada en algo tan corriente que ya ni siquiera llama la atención.

Antes de entrer en materia haremos notar el absurdo de proteger los derechos del delincuente parta dejar en un absoluto estado de indefensión a las victimas que en la mayoría de los casos son amenazadas para que retiren sus reclamos.

Si algun político es sorprendido metiendo la manos en la caja Fiscal, desde el Ejecutivo lo tapan con harta tierra y el Judicial se encarga de aplicarle todas y cada una de las leyes que le pueda favorecer.

En en caso anterior, si eso no es posible, se buscará un funcionario de cuarto orden al que se le cargarañ los dados, el que seguramente despues de la condena quedara con los bigotes bastante arreglados.

Pero tiniendo todo esto claro, que se haya condenado a 60 días de presidio remitido, al aperador de la corrupción de Ricardo Lagos nos parece un desproposito monstruoso, pues para el si funcionaron las leyes pro reo.

Este asunto que es de suyo enojoso, basicamente porque la corrupción, con este fallo, debe entender que tiene la puestas abiertas en el país y que Chile lo pueden transformar tranquilamente en otra Colombia.

En ningun caso deja de ser grave el falla, aunque no es el unico en ese sentido, y ya hemnos sentido como la corrupción comienza a apretar el cuello del país con su garra putrefacta.

Pero, tenemos el caso de los chilenos de tercera, esos que se jugaron la vida por nuestras libertades y que la entregaron por nuestra seguridad, claro, a esos los tenemos en asquerosos presidios.

Resulta curioso que estos jueces tan "blandos" con los poderosos y siempre listos a aplicarles amnistias,y otras garantías sean los mismos que contumazmente se los niegan a nuestros uniformados.
Las injusticias se pueden mantener durante unn tiempo, pero hay de la exploción que producen, no nos gustaría estarm en el pellejo de quiene tanta maldad han derramado sobre nuestros oprimidos soldados.